Gorbachov se fija dos años p0ara conseguir la transición
La dirección soviética debe dimitir si en el plazo de dos años no consigue cambiar la situación, según dijo ayer el presidente Mijaíl Gorhachov, en una clara referencia a la transición económica y política, en los jardines del Kremlin durante un descanso de las sesiones del 28º Congreso del PCUS, que celebraba ayer su tercera jornada. Por la noche, en otro movimiento de profundo significado, en una reunión de casi tres horas, Alxandr Yákovlev, miembro del Politburó y del Consejo Presidencial, trató de convencer a los representantes de los sectores más radicales del congreso para que no abandonar el partido.
YákovIev hizo su llamamiento a la permanencia en el partido a los convocados, Plataforma Democrática y grupo de jóvenes, en nombre del peligro de una involución conservadora en la transición soviética. Medios de la alta dirección soviética manifestaron ayer su temor a que Yegor Ligachov, el cabeza de fila del sector conservador en el Politburó, sea elegido al frente del PCUS y exhortaron a evitar este desarrollo. de los acontecimientos, que se perfila como probable, dada la popularidad de Ligachov entre los delegados comunistas.Alexandr YákovIev se mostró ayer categóricamente en contra de presentar su candidatura a los órganos dirigentes del PCUS, alegando que un miembro de] Consejo Presidencia¡ no debe ser simultáneamente dirigente del PCU S y ocupar cargos de gobierno. YákovIev dejó traslucir que no todos los dirigentes del Politburó están de acuerdo con esta posición. El político, considerado el cerebro de la perestroika, dijo que no piensa abandonar las filas comunistas en ninguna circunstancia. Según YákovIev, hay partidos de dos tipos distintos, unos que detentan el poder y otros que crean ideas. YákovIev se manifestó por que el PCUS se transforme en un partido de ideas. En un diálogo que llegó hasta lo personal, YákovIev dijo que el grupo Pamiat (Memoria), conocido por sus ideas antisemitas, había enviado emisarios a su pueblo natal, en la región de Yaroslav, para investigar su pureza racial rusa.
Víctima de la censura
YákovIev reveló también que no puede publicar un libro del que es autor, porque sería un shock para la sociedad soviética y confesó que nunca hubiera podido prever que ésta fuera tan conservadora como ha resultado. Por eso, el político recomendó moderación a la hora de actuar.
La crítica a la política ideológica del Partido Comunista y a Vadim Medvédev, el secretario del Comité Central responsable de ella, fue la nota dominante en la tercera jornada del 28º Congreso del PCUS, sazonada por el problema de las nacionalidades y el separatismo. Medvédev es uno de los líderes que, junto con Gueorgui Razumovski, el responsable de cuadros del PCUS, tendrá dificultades en salir reelegido si llega a presentarse a las elecciones que deben renovar la cumbre del PCUS. Varios miembros de la jerarquía comunista, entre ellos Lev Zaíkov, Nikolái Sliunkov, Vitali Vorotnikov, Alexandra Biriukova (la única mujer de la cumbre comunista), Edvard Shevardnádze, además de Alexandr Yákovlev, no piensan concurrir.
El tono conservador del 282 Congreso del PCUS se evidenció de nuevo cuando el primer vicepresidente del Gobierno, el economista Leónid Abalkin, fue interrumpido groseramente al intentar defender el paso a la economía de mercado y, con dificultad, logró terminar su alegato.
"La glasnost y el abandono del dictado ideológico están bien, pero los procesos sociales no pueden desarrollarse de forma espontánea. Desgraciadamente, el camarada Medvédev no estuvo a la altura de la nueva tarea planteada ante el departamento de ideología", dijo el jefe de los comunistas de Moscú, Yuri Prokofiev. Según este dirigente, un claro candidato al nuevo Comité Central y Politburó, el partido debe dejar "de aprobar a ciegas" todas las resoluciones gubernamentales. "Las medidas económicas que se proponen no son malas porque se hayan tomado prestadas de Occidente, sino' porque huelen a naftalina de los años sesenta", dijo Prokofiev, que cosechó una ovación de los delegados, refiriéndose al programa del Gobierno. El líder moscovita, al igual que muchos otros, piensa que sin consenso es imposible realizar las reformas.
La nueva estrella del conservadurismo y jefe del PCUS de Leningrado, Borís Guidaspov, continuó fiel a la táctica adoptada en los últimos tiempos de tratar de no herir a nadie en el PCUS. En un discurso estrictamente técnico dedicado principalmente a las futuras relaciones entre el PCUS y los sóviets, asombró a los presentes proponiendo reforzar el sistema presidencial. Según Guidaspov, otro candidato a la cumbre del PCUS, no hay un mecanismo para llevar a la práctica las decisiones del presidente y de su consejo.
Los discursos, que analizaban el informe político del Comité Central presentado por Mijaíl Gorbachov y los informes personales de los miembros del Politburó, en su mayoría fueron netamente conservadores y contuvieron en general ataques contra la prensa. Quien más se distinguió en ello fue el chófer Artiuk Asímov, para quien el discurso del general Albert Makashov, el Tejero soviético, fue excelente. Asimov acusó de antipatriótico al periódico Izvestia, que ha pedido el cese del general Makashov, y de anticomunista al programa televisivo Vsgliad.
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