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Una ola de calor que alcanza los 50 grados azota el suroeste de EE UU y causa 11 muertes

Por lo menos 11 personas, entre ellas seis presos convertidos temporalmente en bomberos, han muerto en los tres últimos días como consecuencia de una intensa ola de calor, no conocida desde 1925, que ha azotado el suroeste de Estados Unidos y que no muestra signos de remitir hasta pasado el fin de semana. El Estado de Arizona -y especialmente su capital, Phoenix- se ha llevado la palma de las temperaturas, con el mercurio de los termómetros sobrepasando los 50 grados, a causa de lo cual la densidad de¡ aire era tan baja que ni los aviones comerciales ni los hidroaviones antiincendios pudieron despegar el martes.

Los viajeros que aterrizaban en el aeropuerto internacional de Phoenix eran recibidos por una ráfaga de calor, semejante, en palabras de uno de ellos, "a la que despide el microondas después de cocer la comida".La ola de calor alcanzó igualmente a la parte occidental de Tejas, a Nuevo Méjico, Colorado, Utah y el sur de California donde seis presos reclutados en una prisión murieron pasto de las llamas cuando intentaban apagar uno de los varios incendios provocados por el intenso calor. En Los Ángeles, tres ancianos murieron como consecuencia de la deshidratación y más de medio millón de ciudadanos se refugiarán en las playas cercanas para huir del infierno de las calles.

El consumo de electricidad causado por el uso continuo de los acondicionadores de aire superó los 5.000 megavatios batiendo el récord de consumo establecido en setiembre de 1988. En cambio, las tiendas de helados hicieron su agosto agotando todas sus existencias.

La situación en el condado de Los Angeles es especialmente dramática como consecuencia de una fuerte sequía que padece el sur de California desde hace cuatro años y que ha obligado al ayuntamiento imponer severas restricciones en el consumo de agua.

Fuego provocado

Los rangers (vigilantes) del Valle de la Muerte se han visto desbordados por las continuas llamadas de los automovilistas parados a lo largo de los caminos con los capós de sus coches abiertos y los motores humeantes como consecuencia de los calentones de los radiadores.

Los meteorólogos predijeron ayer que la ola de calor continuaría por lo menos durante varios días más.

Un portavoz del servicio meteorológico nacional, citado por el diario USA Today, manifestó que era como "si un gigantesco paraguas tórrido se hubiera Instalado encima del suroreste y cociera todo lo que hay debajo de él".

Y, como si no fuera bastante, un pirómano aprovechó ayer la ocasión para iniciar un incendio en la localidad californiana de Santa Bárbara, que arrasó en pocas horas uno de los barrios más lujosos de la ciudad.

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