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Las inversiones en Barcelona 92 pasarán de 660.000 millones, casi el triple de lo previsto en 1985

La suma de las inversiones públicas y pirivadas directamente relacionadas con la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona superará los 660.000 millones de pesetas, según los últimos datos que barajan los distintos agentes inversores implicados. Esta cantidad casi triplica los cálculos económicos realizados en 1985 por la Oficina Olímpica de la capital catalana, que en aquella fecha cifró en 237.000 millones de pesetas las inversiones necesarias para Barcelona 92 en materia de organización, infraestructuras y comunicaciones. Tres años después, en 1988, las necesidades de inversión del proyecto olímpico se calculaban ya en 430.000 millones de pesetas, cantidad que también se ve superada ampliamente ahora por las últimas estimaciones.

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Los cálculos, pulverizados por los precios reales

Distintas fuentes vinculadas al proyecto olímpico de Barcelona coinciden en señalar diversos factores como principales causantes de este notable increme to. La inflación acumulada desde 1985, que el 1 de enero de 1990 era del 37,4%, y el fuerte tirón de los precios en el sector de la construcción, que en los últimos años han crecido siempre por en cima de la inflación (8,5% en 1987, 10,2% en 1988 y 9% en 1989), son dos de ellos. Las causas más significativas del incremento hay que buscarlas, sin embargo, en la modificación de varios proyectos que se han revelado mucho más complejos de lo previsto originalmente (el palacio de deportes Sant Jordi, los cinturones de ronda, el aeropuerto ... ) y en la incorporación de nuevos objetivos al paquete de Barcelona 92 (el plan de hoteles, las villas de prensa de Vall d'Hebron y Montigalà, equipamientos culturales, red de telecomunicaciones, las patas del II-Cinturón ... ). Dada la interrelación entre las causas citadas es prácticamente imposible evaluar con exactitud la incidencia de cada una de ellas en el incremento final.

De los 662.694 millones de pesetas a que asciende el conjunto de inversiones vinculadas a los JJ OO de 1992 -acontecimiento concebido como un pretexto para dinamizar y encauzar las iniciativas de desarrollo urbanístico y tecnológico de a capital catalana-, el 70% procederá de las arcas públicas y el 30% restante, de empresas privadas.

El área olímpica que atrae un mayor volumen de inversiones es la del barrio de Poblenou, donde se está levantando la Villa Olímpica que en 1992 albergará a 15.000 deportistas y técnicos. Allí se invertirán casi 175.000 millones de pesetas, de los que 100.000 serán destinados a la edificación de las viviendas, un centro comercial, una torre de oficinas y un hotel, y cerca de 75.000, a infraestructuras, saneamiento, recuperación del litoral, urbanización, reforma ferroviaria y puerto deportivo.

Los costes derivados de este último capítulo se cifraban en 1988 en unos 45.000 millones; es decir, en unos dos tercios de la inversión que, según los cálculos actuales, se requerirá finalmente.

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Una inmobiliaria del Grupo Banca Catalana invertirá otros 10.000 millones de pesetas en la construcción, a pocos metros de la Villa Olímpica, de las viviendas en las que se alojarán los árbitros y jueces de los JJ OO.

Infraestructura viaria

El segundo paquete en volumen de inversiones es el correspondiente a la dotación y reforma de la infraestructura viaria básica de Barcelona. Estas actuaciones, cuyo plato fuerte es la construccíón de los cinturones de ronda, absorberá unos 144.000 millones de pesetas. Por el mismo concepto, en 1988 se preveía invertir algo inenos de 100.000 millones.

Las actuaciones en las áreas olímpicas barcelonesas de Montjuïc, Vall d'Hebron y Diagonal supondrán inversiones de 32.500, 20.500 y 12.000 millones, respectivamente. En Montjuïc se hallan las instalaciones deportivas más significativas de Barcelona 92: el estadio Olímpico y el palacio Sant Jordi.

En 1987, el coste del estadio se calculaba en 5.000 millones, pero la inversión final, incluyendo las reformas realizadas tras su accidentada inauguración, en septiembre de 1989, ha ascendi do a 8.062 millones, lo que supo ne un incremento del 61% sobre la citada previsión. El coste final del palacio Sant Jordi, que raya los 9.000 millones de pesetas, representa un aumento de casi el 200% sobre el primer cálculo, realizado en 1984, que hablaba de una inversión de 3.000 millones.

Al margen de la inflación, del alza de los precios de la construcción y de las modificaciones de proyectos, las necesidades de rivadas del programa de aloja miento de la denominada familia olímpica condujo en 1989 a la ela boración de sendos planes para propiciar la construcción de hoteles de lujo en la ciudad y levantar dos complejos residenciales destinados a los periodistas.

De los ocho establecimientos incluidos en el plan de hoteles, parece que sólo cuatro estarán en pie en 1992. Dos se levantarán en las áreas olímpicas de la Diagonal y Vall d'Hebron, con inversiones no inferiores a 10.000 y 1.600 millones de pesetas, respectivamente; los otros dos, en la calle de Lleida y en la plaza de España, cerca del Anillo Olímpico, con unos costes de 5.500 y 7.000 millones, respectivamente.

Las villas de prensa se construyen en el área de Vall d'Hebron y en el polígono de Montigalà (Badalona). Empresas controladas por las hermanas Koplowitz y Banesto, respectivamente, invierten en dichos complejos residenciales 8.000 y 13.000 millones de pesetas. Entre ambas villas se alojarán casi 7.000 periodistas.

Las obras de instalaciones de portivas e infraestructuras en las 13 subsedes catalanas de los JJ OO requerirán 34.000 millones, más otros 22.000 para los accesos a esas poblaciones.

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