El invitado del Este
Un primer ministro de un país no perteneciente a la CE, el germano oriental Lothar de Maiziere, asistió ayer, por primera vez, a un acto de un Consejo Europeo y se entrevistó a solas con varios jefes de Gobierno, entre ellos el español, Felipe González.
De Maiziere asistió al almuerzo que ofreció a los líderes comunitarios el presidente de la República de Irlanda, Patrick Hillery, al que no fue invitado el presidente del Parlamento Europeo, el español Enrique Barón. Su predecesor, el británico lord Plumb, sí se sentó entonces en la mesa en Madrid con los miembros del Consejo.
Barón no disimuló su malhumor. "Es un signo", dijo, "del respeto que les merece el Parlamento. No paran de hacer declaraciones sobre la necesidad de dar más poder y mejorar las relaciones [con la Cámara de la CE], y al final todo se queda en intenciones". El resultado es que "un primer ministro de un Gobierno que todavía no es de la Comunidad tiene preferencia".
De Maizlere dio cuenta ante sus homólogos comunitarios de las dificultades de adaptación de la RDA a la economía de mercado y al ingreso en la CE y les pidió derogaciones temporales para la agricultura y la pesca, según el ministro-portavoz del Gobierno de Bonn, Hans Klein. El 2 de julio entrará en vigor la unión aduanera entre la RDA y la CE. "Las tareas que [los alemanes] tenemos por delante son tan pesadas que necesitan hombros fuertes para soportarlas", añadió Klein.
Por la mañana, y justo después de entrevistarse con el italiano Giulio Andreotti, De Maiziere se reunió con González para discutir de un solo tema: la unión alemana. El jefe del Gobierno español, que conversaba por primera vez con De Maiziere, le escuchó largo y tendido y le recordó que en España se vio desde el principio con simpatía la unificación. En España, le aseguró, algunos sondeos de opinión reflejaron que la poblacion era incluso más receptiva al proceso que los ciudadanos de la RFA.
