La realizadora sueca Mai Zetterling se interesa por "los personajes que rompen moldes"
La autora de 'Juegos de noche' protagoniza una película que se estrena en España
Actriz, directora de cine y novelista, Mai Zetterling es una mujer rebelde e inconformista. Le gusta poner el dedo en la llaga y sacar a la luz las profundas contradicciones de la sociedad sueca. Su película Amorosa, que hoy proyecta la Filmoteca de la Generalitat de Cataluña dentro de un ciclo dedicado a cine de mujeres, se centra en la vida de la escritora Agnes Krusenstjerna, "una aristócrata", dice, "que quiso salirse de su decandente mundo y explicar lo que le sucedía a las mujeres". Y es que a Zetterling le interesan, por encima de todo, "los personajes que rompen moldes".
La visita de Zetterling coincide con el estreno de la película La maldición de las brujas, de Nicholas Roeg, en la que ella incorpora uno de los papeles principales junto a Anjelica Huston.Las películas dirigidas por Mai Zetterling se han visto envueltas por la polémica. Juegos de noche, Doktor Glass y Las chicas son largometrajes que en su época, mediados los años sesenta, levantaron ampollas en la sociedad sueca bienpensante. Esta directora ha abordado la situación de la mujer, las relaciones familiares y la hipocresía que las envuelve de una forma directa, sin ningún tipo de almibaramiento.
Precisamente, el rodaje de Amorosa interrumpió un proyecto de Mai Zetterling sobre Love Almquist, un polifacético creador sueco del siglo XIX que pretendió "cambiar la sociedad desde dentro. Primero se hizo sacerdote para cambiar la Iglesia, luego maestro para hacer lo propio con la enseñanza y también periodista para dar otra visión de los acontecimientos políticos. Finalmente, tuvo que exiliarse de Suecia y murió en la pobreza, en Bremen". Esta directora no cree que pueda retomar el proyecto ya que este personaje resulta todavía hoy demasiado incómodo, pero ya trabaja en el guión de la vida real de Maja Ekeloj, una fregona que escribió el libro Informe sobre un cubo de la limpieza, obra que causó una gran conmoción en Suecia a principio de los años setenta.
En Mai Zetterling se encuentra la rebeldía y atrevimiento de algunos de los personajes que ha retratado en sus películas. Fue la primera mujer en Suecia que dirigió un largometraje, antecedente que ella misma valora "como importante para la profiferación de tantas realizadoras suecas en la actualidad". Explica que Simone de Beauvoir le advirtió que Las chicas le acarrearía problemas "por tratarse de una película que estaba muy por delante de su tiempo". "Ello", agrega, "se cumplió y estuve proscrita del cine durante varios años, pero como soy una persona creativamente inquieta empecé entonces a escribir novelas".
A pesar de los problemas con los que se enfrentaba hace veinte años, Mai Zetterling constata que los tiempos han cambiado para peor: "La sociedad sueca, como la inglesa y la alemana, se ha vuelto más conservadora. Desde hace cinco años, las mujeres vuelven a casarse, a tener hijos y a cuidarse del hogar, a la búsqueda de una ficticia seguridad".
La realizadora sueca empezó en el cine como actriz y en los años cuarenta llegó a Hollywood. "La verdad es que dispongo de poco tiempo para la interpretación, ya que la preparación de mis guiones lo absorbe casi totalmente", señala. De todas maneras, considera "importante trabajar delante de la cámara ya que aprendes mucho de otros directores".
Se da la circunstancia de que solamente en una ocasión ha actuado a las órdenes de otra mujer directora: "Fue en la película Mi corazón es rojo, en la que en un momento determinado yo hacía de Nietszche, un hombre al que odio profundamente por lo que dijo sobre las mujeres, pese a que hay ideas suyas interesantes".
Babelia
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