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La Conferencia Rusa del PCUS acosa a Gorbachov

Pilar Bonet

El presidente Mijaíl Gorbachov defendió ayer la supremacía del Estado soviético sobre Rusia, la mayor de las 15 repúblicas federadas de la URSS, y del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) sobre el futuro Partido Comunista de Rusia, en un discurso pronunciado en el Kremlin ante más de 2.700 militantes del PCU S. Los militantes, todos ellos delegados rusos al próximo, 28º Congreso del PCUS, no escatimaron ayer críticas hacia Gorbachov y su política de perestroika durante la Conferencia Rusa del Partido, cuyo objeto es dotar a Rusia de un partido comunista propio como las otras repúblicas.

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El controvertido proyecto, que trata de capitalizar las fuerzas hoy existentes en el comunismo ruso, intenta acabar con la identificación entre los intereses de Rusia, como república, y los intereses del centro, como núcleo dirigente del Estado.El Partido Comunista de Rusia que se imagina Mijaíl Gorbachov, según su discurso, debe ser "parte integrante" del PCUS, tener un papel de consolidación y oponerse a la conversión del territorio ruso en un "conglomerado" de principados como los del medioevo.

El presidente de la URSS dijo no poder estar de acuerdo con quienes buscan "la salvación" de Rusia en la "cerrazón" e "incluso en la salida de la URSS". El líder soviético, que consideró delictiva esta actitud, calificó de "una ilusión" la idea de que Rusia se desarrollaría prósperamente fuera de la URSS. Rusia sólo puede ser "auténtica y grande" en el ámbito de los pueblos que la rodean. Si los lazos que la unen a estos pueblos se rompen, Rusia sería "otra Rusia y no la que hemos heredado".

Mijaíl Gorbachov se manifestó en contra de organizar el partido comunista ruso sobre los "principios amorfos de un partido parlamentario" y se refirió a la "obligación histórica" de mantener la unidad de la Unión Soviética como gran potencia mundial

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Tras proponer que el 28º Congreso del PCUS cree condiciones iguales para todos los partidos de las repúblicas soviéticas en el seno del PCUS, Gorbachov dijo que hay que darle a los órganos centrales de dirección el derecho a abolir las decisiones de las organizaciones comunistas de las repúblicas, si éstas están en contra de los estatutos del PCUS.

Estos estatutos deben ser únicos, según el presidente soviético, y de ahí el intento de la dirección soviética de posponer la aprobación de los estatutos del partido comunista ruso hasta pasado el 28º Congreso del PCUS cuando exista ya un nuevo estatuto del PCUS. El 28º Congresso se inicia el 2 de julio en Moscú. Las principales tendencias políticas del partido recibirán la oportunidad de expresarse, incluido el grupo conservador de Leningrado, que fue en un principio el alma de la creación de un partido comunista ruso hasta que Moscú le arrebató la iniciativa.

Un enfoque leninista, una perspectiva de clase y claridad en las metas fueron algunos de los objetivos fijados por Víktor Tiulkin, el representante del grupo de Leningrado que obtuvo la palabra después de que Vladímir Lisenko, el representante de Plataforma Democrática, y el representante de la Plataforma Marxista insistieran en ello. Antes, el jefe del Gobierno, Nikolái Rizhkov, se había opuesto a que subiera al foro un representante del grupo de Leningrado.

Mijaíl Gorbachov fue criticado por Iván Osadchin, un miembro de la comisión preparatoria de la conferencia. Osadchin, un profesor de política de Krásnodar, acusó a la directiva comunista de haber obstaculizado el trabajo de la comisión con sus vacilaciones sobre la conveniencia de formar un partido comunista ruso.

Krásnodar, al norte del Cáucaso, es uno de los feudos de los conservadores comunistas aglutinados en torno al secretario regional, Iván Poloskov.

Debilitar al partido

Osadchin acusó a la dirección del PCUS de haber debilitado al partido frente a las fuerzas antisocialistas y abogó por el mantenimiento del centralismo democrático, el partido leninista y en contra de la desideologización de la sociedad.

Su intervención, junto con la del representante de Leningrado, fue la más aplaudida por el público, un elenco de marcado carácter conservador. Leningrado ha amenazado con crear su propio partido si los resultados de la conferencia rusa no son satisfactorios.

Entre quienes criticaron a la dirección comunista no faltaron los militares, y además reincidentes, como el general Albert Makachov, jefe del importante Distrito Militar de los Urales, según el cual el Ejército es necesario cuando Alemania está a punto de ingresar en la OTAN y Japón de convertirse en una potencia militar en el Pacífico.

Como miembro de un grupo de delegados que representa a 800.000 comunistas del Ejército, Makachov recordó que el 68 por ciento del Ejército soviético está en Rusia.

La idea de que nadie va a atacar a la Unión Soviética es para el general Makachov una fórmula calculada para "semiidiotas".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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