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Los reformistas del PCUS estudian en Moscú su salida ordenada del partido

Pilar Bonet

Los sectores reformistas del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), representados por la organización Plataforma Democrática, han perdido el miedo a la escisión y trataban de organizar ayer -en su conferencia estatal- el inevitable cisma de la forma más ordenada posible. Plataforma Democrática está dividida hoy en tres tendencias.

Los miembros del agrupamiento reformista serán una minoría en la Conferencia Rusa del Partido (que se inicia el martes) y el 282 Congreso del PCUS (que comienza el día 2 de julio). Sus divisiones internas quedaron reflejadas en una encuesta efectuada entre 877 delegados procedentes de 12 repúblicas de la URSS. Según la encuesta, un 20,3% de los comunistas reformistas está a favor de continuar la democratización sin salirse del PCUS; un 56,4% está dispuesto a quedarse en el PCUS, siempre y cuando el 282 Congreso adopte la política de liberalización propuesta por Plataforma Democrática; un 15,3% está dispuesto a salir del PCUS, sean cuales sean los resultados del 28º congreso.La Conferencia Rusa del Partido, que tratan de monopolizar las distintas corrientes del PCUS, va a ser el ensayo general del congreso. El carácter del partido comunista ruso que surja de este evento marcará las líneas de fractura de la organización. La importancia que el Kremlin da al tema se reflejó en la presencia de Gorbachov -que todavía no se ha recuperado de su catarro lo suficiente- el pasado sábado en una reunión preparatoria.

"He venido pese a no estar muy bien", dijo Gorbachov a los reunidos, según manifestó a EL PSIS Alexéi VIadimirov, uno de los asistentes. Según VIadimirov, Gorbachov mostró una gran habilidad para neutralizar actitudes que no compartía y hacer prosperar sus puntos de vista ante el auditorio, compuesto por representantes de organizaciones regionales rusas del PCUS.

Gorbachov insistió -y consiguió- ser nombrado ponente para leer el informe ante la conferencia. El presidente tuvo un enfrentamiento con un general coronel de apellido Tarasov, quien, desde una posición de derechas, según VIadimirov, propuso incluir en el orden del día un punto especialmente dedicado al momento actual. "Entonces, búsquense otro ponente", dijo Gorbachov, que según VIadimirovich no quería un punto del orden del día especialmente dedicado al momento actual. Finalmente, Gorbachov se avino a examina la situación actual en el marco del informe general.

Raskol, la palabra rusa que significa cisma o escisión, está hoy en boca de los comentaristas políticos y relevantes analistas soviéticos opinan en privado que la dirección soviética acepta ya por fin la idea de cisma en el PCUS. Borís Kurashvili, un prestigioso jurista, se declara convencido en la revista Tiempos Nuevos de que el "cisma" y no "la unidad del partido" es la "condición previa necesaria" para la "supervivencia" del socialismo y del partido.

Egor Ligachov, el miembro del Politburó de ideas conservadoras, ha dado un paso adelante en la exteriorización del cisma al declarar su desacuerdo con la política del Kremlin respecto a la estructura estatal. Desde Suecia, adonde ha ido a estudiar el movimiento cooperativo, Ligachov ha declarado a Tiempos Nuevos, que no renuncia a la vía socialista de desarrollo" y que en eso es "conservador".

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Concesiones al Báltico

Gorbachov ha hecho concesiones a las posturas independentistas del Báltico al declararse partidario de un Estado que tenga elementos de federación y confederación, según opinaba un analista liberal soviético.El Parlamento lituano examinará la propuesta del Gobierno de aquella república de congelar la declaración de independencia en tanto duren las conversaciones con el Kremlin. Esta concesión daría un respiro al líder, que deberá ahora concentrarse en el PCUS.

Representantes de los movimientos populares de Estonia, Letonia y Lituania participaron ayer en una sesión de la Asamblea del Báltico en Yurmala (Letonia) y aprobaron un llamamiento a los Parlamentos de las tres repúblicas. "Nadie tiene derecho a exigir ni abolir ni suspender las actas de independencia y los retrocesos perjudicarán al movimiento democrático", dice el llamamiento, según informó la agencia soviética Tass. El presidente lituano, Vitautas Landsbergis, instó, según Tass, a cogerse muy fuerte de la mano para que la cadena báltica no se rompa.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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