El Supremo de EE UU ratifica que es legal quemar la bandera
El Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó ayer por cinco votos a cuatro la ley aprobada el pasado mes de octubre por el Congreso, a iniciativa de la Administración de Bush, que consideraba la quema de una bandera estadounidense como un acto de profanación.
Con su sentencia, el Tribunal Supremo, la más alta corte de Justicia de este país, mantiene su polémica decisión de julio de 1989, basada en la idea de que quemar la bandera es un acto "libre" y una "manifestación de libertad de expresión", un derecho del que los norteamericanos gozan gracias a la primera enmienda de su Constitución.El presidente George Bush manifestó ayer que continúa creyendo que "quernar banderas es un atentado contra quienes han muerto en su defensa" y que se mostraba partidario de una enmienda constitucional que proteja al emblema nacional de "cualquier tipo de ultraje".
El juez William Brennan, el miembro más liberal del Tribunal Supremo, declaró ayer que la ley de la bandera aprobada por el Congreso "infringe el derecho de libre expresión". "A pesar de que el ultraje a la bandera es profundamente ofensivo para muchos, el Gobierno no puede prohibir la expresión de una idea, simplemente porque la sociedad crea que esa idea es ofensiva", afirmó Brennan, añadiendo que "la bandera simboliza las ideas de libertad, igualdad y tolerancia, ideas que los norteamericanos han defendido a lo largo de nuestra historia; la bandera representa el espíritu de nuestro compromiso con todos esos ideales".
El presidente Bush, que utilizó la bandera norteamericana como el emblema de su campaña presidencial en 1988, pidió de inmediato la aprobación de una ley que protegiera la enseña nacional de cualquier ataque y solicitó una enmienda constitucional que liberara a las barras y las estrellas de la primera enmienda. El Congreso adoptó la ley de protección el pasado mes de octubre. La medida fue considerada ilegal por un juez de Seattle (Washington). El caso volvió a llegar al Supremo y ayer se conoció la sentencia definitiva.
