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El Banco Internacional de Pagos recomienda a los países industrializados que luchen contra la inflación

La inflación, que "no ha dejado de crecer desde 1986", es el principal problema con el que se enfrentan las economías industriales, según el Banco Internacional de Pagos (Bank for International Settlements, BIS), que celebró ayer su reunión anual en Basilea, en el 60º aniversario desde su fundación. El BIS advierte que lo más grave de la inflación es que "no se vislumbra un cambio de tendencia", y recomienda a los bancos centrales que dirijan su actuación principalmente a la lucha contra el crecimiento de los precios.

En su informe, el BIS destaca la transformación económica de los países del Este europeo como el hecho más relevante de 1989, y pide la colaboración financiera de Occidente para llevarla a buen puerto.El presidente del Banco Internacional de Pagos; W. F. Duisenberg, recomendó ayer en su discurso anual a los bancos centrales que dirijan sus esfuerzos, de forma prioritaria, a recobrar la estabilidad de los precios. El informe anual del BIS insiste en esta vía al asegurar que "la estabilidad de los precios es el único objetivo creíble que las autoridades monetarias pueden proclamar y defender".

El despunte de la inflación es, a juicio de los expertos del BIS, el principal problema de los países industriales ya que "no se vislumbra un cambio de tendencia a pesar de que todos los países endurecieron sus políticas monetarias en l989", y que esa inflación estuvo acompañada de un menor crecimiento económico, "que quedó en un 3,25% de media frente al 4,75% de 1988". El Banco Internacional de Pagos advierte, asimismo, de los problemas que acarrea tener una tasa de inflación superior a la media de los países con los que se comercia. En una conferencia de prensa posterior a la presentación del informe, el presidente del BIS advirtió sobre las dificultades que puede atravesar el tipo de cambio de una moneda si su tasa de inflación es considerablemente mayor que la de los países de su entorno, tal y como, por ejemplo, ocurre con España. La solución a este problema, según Duisenberg, pasa por reconducir la inflación hasta lograr la convergencia y, de no conseguirse este objetivo, reajustar el tipo de cambio de la moneda.

Creación del banco central

La convergencia en las tasas de inflación es, junto con la reducción global del crecimiento de los precios, el objetivo de política económica que deben perseguir los bancos centrales. Para acelerar ese proceso, el BIS defiende la rápida creación de un banco central europeo que viste las grandes líneas de la política monetaria para los países comunitarios. Según su presidente, "la única forma de que la unión económica y monetaria funcione durante el tiempo que no exista un Gobierno europeo es con el apoyo de un banco central europeo independiente".El informe anual del Banco de Pagos destaca como el hecho más relevante de 1989 la transformación económica de los países del Este de Europa. Ese cambio "debe recibir el mayor apoyo posible", en opinión del presidente del BIS, ya que, según señala el informe, "difícilmente será posible sin la ayuda financiera de los países occidentales". Ese apoyo debería plasmarse, a juicio de Duisenberg, tanto en la eliminación de barreras para el comercio como en la inversión financiera y tecnológica en esos países.

El Banco Internacional de Pagos destaca como muy positivos los avances dados por Polonia y Hungría para transformar sus economías hacia el sistema de mercado. El informe asegura que en Polonia estas medidas ya han empezado a surtir efectos, mientras critica la falta de disciplina con que, en Hungría, han estado acompañadas. Esta escasa disciplina ha provocado "una excesiva presión salarial", una creciente inflación y la ampliación del déficit exterior húngaro".

El país del Este que afrontará la transformación económica con menos dificultades es, a juicio del BIS, la República Democrática de Alemania. Aunque en la RDA "no se ha producido prácticamente ningún cambio en la década de los ochenta, es un caso especial, y la velocidad y profundidad de la reforma estará determinada por su unión política y económica con la República Federal de Alemania". La unificación alemana posibilitará, según el informe, que "en comparación con otros países del Este europeo, el proceso de reestructuración sea más rápido y menos costoso". La transformación iniciada en Europa del Este, además, ya ha servido para fortalecer al marco alemán y a buena parte de las divisas del SME.

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