Cirugía contra la gran obesidad
54 pacientes refractarios a otros tratamientos logran perder peso tras una intervención quirúrgica
Pesaba 260 kilos y hacía ya dos años que no se atrevía a salir de casa. No salía por vergüenza, por temor, pero tampoco hubiera podido ir muy lejos, porque ni siquiera podía entrar en un coche. Su vida era un tormento. Hasta para su higiene más íntima necesitaba ayuda, y tenía que dormir inclinada porque si se tendía sus labios se amorataban rápidamente. La presión de su propio peso le oprimía el pecho y se ahogaba. Ella es una de las 54 pacientes que en los dos últimos años se han sometido a una intervención quirúrgica para perder peso en la residencia Germans Trias i Pujol, de Badalona.
Esta paciente ha perdido 100 kilos y sigue siendo muy obesa, pero al menos ha recuperado la dignidad de la vida cotidiana e incluso el trabajo. La vida de esta mujer aquejada de un trastorno metabólico, que ya pesó al nacer 7 kilos, es hoy my diferente gracias a la cirugía.Se llama gastroplastia vertical anillada y es una técnica quirúrgica desarrollada hace diez años por el médico norteamericano Edward Mason, de Iowa. Sus resultados son buenos, según Xavier Formiguera de la unidad de tastornos de la alimentación de la residencia, y no es excesivamente complicada: se trata de inutilizar la mayor parte del estómago mediante una sutura metálica canalizar el alimento a través del orificio que se obtiene ergarzando un anillo de teflón en las dos paredes.
La intervención quirúrgica deja útil una cavidad estomacal de apenas 50 centímetros cúbicos, cuando algunos grandes obesos han llegado a desarrollar una cavidad de hasta 2.000 centímetros cúbicos. Cuando el estómago está lleno, el organismo segrega una hormona denominada colecistoquina, que actúa sobre el hipotálamo y da lugar a la sensación de saciedad. Al reducir tan drásticamente el volumen del estómago, el paciente tiene la sensación de saciedad muy pronto.
Pero el primer criterio de indicación de esta técnica es que el paciente no haya rebajado peso con ninguno de los otros tratamientos posibles y no sea una persona bulímica, que come compulsivamente por un trastorno psicológico. Se aplica, pues, como último recurso en pacientes de entre 15 y 50 años que padezcan una obesidad mórbida, que puede desencadenar enfermedades graves.
70% del sobrepeso
En las jornadas sobre Aspectos Médico Quirúrgicos de los Trastornos de la Alimentación que hoy terminan en la residencia Gemans Trias i Pujol se han citado estudios que demuestran que, a partir de un 70% de sobrepeso, la mortalidad aumenta en todas las edades. Una gran obesidad puede contribuir a desencadenar afecciones cardiovasculares, diabetes (el 80% de los diabéticos diagnosticados después de los 40 años son obesos), hipertensión, y el llamado síndrome de las apneas del sueño, fácilmente identifícable porque quienes lo padecen, se pasan el día dormitando, roncan estrepitosamente y, sufren ahogos nocturnos.Los 57 enfermos operados, todos ellos de más de 120 kilos, han perdido un promedio de 40 kilos. Los pacientes que se someten a la operación pueden llegar a perder, según Xavier Formiguera, hasta el 70% del sobrepeso en dos años.
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