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La política industrial en los países del centro y este de Europa

Fernando Luengo

Considera el articulista que la crisis que países del Este, caracterizada por el sovive el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) nace de la política industrial aplicada durante décadas en los países del Este, caracterizada por el sobredimensionamiento de capacidad, las prácticas conservadoras y la limitada innovación tegnológica.

El Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) vive momentos críticos. Los países integrantes de esta organización muestran su escepticismo sobre las posibilidades de compatibilizar los objetivos de la reforma económica con el actual marco de cooperación que representa el CAME y existe una amplia coincidencia acerca de la necesidad de su transformación radical, al mismo tiempo que ganan consistencia las opiniones que proponen su definitiva supresión. En estas líneas pretendo examinar la política industrial aplicada durante décadas en los distintos países socialistas como factor interpretativo de la crisis y del inevitable cuestionamiento del CAME.Subespecialización

a) Haciendo caso omiso de las tradiciones industriales e ignorando la dotación específica y diversa de recursos productivos, han cristalizado en los países socialistas unas pautas de especialización productiva con numerosas y significativas similitudes. En otras palabras, la dinámica de crecimiento seguida ha dado lugar a una progresiva convergencia de las estructuras industriales, muy lejos de los principios de la "división internacional socialista del trabajo" y de la "integración económica". Según estos principios cada país debería aprovechar sus "ventajas comparativas" -sin renunciar al objetivo industrializador-, concentrar las inversiones, reducir el surtido productivo, obtener economías de escala y reducir los costes de producción.

Por el contrario, y más allá de los pronunciamientos retóricos, la situación real muy bien puede caracterizarse como de subes peci aliz ación. En lugar de la concentración de los recursos en ramas de la actividad económica seleccionadas, se han desarrollado todas aquellas producciones consideradas como estratégicas y que podían fortalecer el poder de la burocracia. Obviamente, la dispersión de las inversiones entre actividades de muy desigual rentabilidad ha tenido costes muy elevados y ha contribuido decisivamente al debilitamiento de la. cooperación económica entre los países socialistas.

El solapamiento de capacidades productivas referido ha dado lugar a que de manera simultánea apareciesen situaciones de abundancia y de escasez. En el caso de los productos terminados -maquinaria y bienes de equipo de calidad intermedia- la oferta se ha ajustado sin dificultades a una demanda insaciable derivada del fuerte crecimiento industrial y del acaparamiento de todo tipo de recursos productivos dentro de las empresas, sometidas a una restricción presupuestaria blanda. De otro lado, la penuria ha tendido a hacerse patente en la oferta de materias primas y otros productos intermedios necesarios para el funcionamiento del tejido industrial. Esta evolución ha conducido al sobredimensionamiento de la capacidad industrial, a la consolidación de un tejido productivo donde se reproducen todo tipo de prácticas conservadoras y con un limitado potencial de innovación tecnológica, y a la aparición de tensiones permanentes del lado de los suministros de ciertos productos.b) El objetivo de aumentar las capacidades productivas industriales, característico de la fase extensiva de crecimiento, ha ido en detrimento de las inversiones destinadas al reequipamiento de las instalaciones ya existentes. La consecuencia inevitable ha sido la prolongación en el período de vida útil, estableciéndose largos plazos de amortización, y el considerable aumento en los gastos de reparación y mantenimiento. El progresivo envejecimiento del tejido industrial y, por extensión, del conjunto del aparato productivo ha repercutido sobre los costes y la calidad de los productos, afectando negativamente en la vitalidad de las relaciones económicas entre los países del CAME

Oferta insuficiente

La tendencia a concentrar las inversiones en las ramas productoras de bienes de producción en detrimento de las actividades que producen bienes de consumo ha sido otra característica básica de la dinámica industrializadora. Ello ha originado una oferta insuficiente y en algunos casos una alarmante escasez de este tipo de productos tanto en cantidad como en calidad.

Esta situación se ha proyectado sobre el mercado comunitario y la demanda potencial no ha sido cubierta, debiendo acudirse, en los casos extremos, a la realización de importaciones procedentes de los mercados occidentales. Además, la precariedad en la oferta de artículos de consumo ha repercutido desfavorablemente sobre la calidad y nivel tecnológico de los productos intercambiados y sobre la productividad del trabajo.

c) La estrategia industrial seguida ha determinado, en buena medida, el contenido de las transacciones comerciales, al mismo tiempo que éstas han influido sobre la configuración del tejido productivo. Los países centroeuropeos han reforzado su especialización en la producción y exportación de bienes de equipo fundamentalmente, mientras que han debido adquirir a través de las importaciones las materias primas y otros productos intermedios necesarios para atender al funcionamiento de su aparato productivo.

El comercio exterior de los países socialistas se ha organizado de acuerdo a un esquema radial, sobre la base de las pautas de especialización comercial descritas, donde la URSS se ha convertido en el primer y a veces único suministrador y, al mismo tiempo, principal mercado para dar salida a los productos de los otros países. Tanto el aparato productivo como las dotaciones estructurales y las redes de comercialización se han ajustado a esta estructura territorial del comercio exterior. Por el contrario, las relaciones económicas entre los países de¡ centro de Europa han estado marcadas por la debilidad y no se han explorado todas las posibilidades de cooperación existentes.

La articulación del comercio exterior de cada una de estas economías en torno a la URSS se ha convertido en un factor de extrema fragilidad. Como se puede apreciar en los últimos años, las restricciones en la oferta de los suministros procedentes de este país, tradicionalmente abundante y barata, tienen consecuencias sumamente negativas sobre un aparato productivo caracterizado por unos elevados índices de consumo material.

Prácticas conservadoras

Además, la orientación de la producción exportable de los países socialistas hacia la Unión Soviética ha contribuido a apuntalar un sistema impregnado de prácticas conservadoras. En una situación dominada por la penuria y por el protagonismo de las organizaciones político-administrativas, la producción, en ausencia de competencia de las importaciones procedentes de Occidente, se ha colocado sin dificultad, aun cuando la calidad fuese mediocre y los servicios relacionados con la venta enormemente deficientes.

Finalmente, cabe subrayar que la fuerte expansión registrada en el comercio intersectorial, intraindustrial e interproducto ha respondido, en parte, a los contenidos de la política industrial aplicada en estos países. Otro tipo de transacciones basadas en una especialización más fina y sustentada en el comercio intraproducto ha progresado con muchas dificultades.

Fernando Luengo es miembro del Centro de Estudios de Países del Este y profesor en el Departamento de Economía Internacional y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid.

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