35.000 toneladas de aceite tóxico son vertidas sin control cada año en España
Sólo el 10% de las aproximadamente 350.000 toneladas de aceites industriales que se consumen al año en España se regenera. Fuentes del sector aseguran que, tomando como referencia los casos de Italia y Francia, en España se recogen alrededor de 70.000 toneladas de aceite usado, la mitad de las cuales se vierten o queman sin control alguno. Para comprender la gravedad del problema baste decir que la quema de cinco litros de lubricante, la capacidad normal del carter de un automóvil, contamina la cantidad de aire que respira una persona en tres años.
Actualmente sólo la empresa Ulibarri, de las tres que existían en los primeros años ochenta, se dedica a la regeneración de aceites usados. La empresa catalana Ludesa suspendió sus actividades hace justamente un año y la sevillana Olivol sufrió un incendio en 1983.José Castro del Río, director general de Ulibarri, refinería instalada en Arganda del Rey (Madrid) y con capacidad para reciclar 35.000 toneladas al año, afirma que "hace años cuando el consumo de aceite industrial era menor, se llegó a regenerar hasta cerca del 15%". En el Plan Nacional de Residuos Tóxicos y Peligrosos aprobado en 1989, se fijaba como objetivo recoger 96.000 toneladas al año. Por otra parte, la Administración calcula que el sector naval vierte anualmente en las proximidades de las costas españolas unas 4.000 toneladas de aceites usados.
Antonio de Dios, secretario general de la Asociación Gremial de Recogedores de Aceites Usados (AGRAU), que agrupa al 70% de los recogedores españoles, afirma que los aceites tóxicos que no regenera Ulibarri son vertidos o quemados ilegalmente por "los propios talleres, algunas empresas cerámicas y pequeñas industrias agrícolas". Antonio de Dios añade que "hay fábricas de ladrillos en zonas con La Mancha o Málaga que consumen su cupo anual de fuel pero que no declaran lo que producen con la quema de estos aceites, que tienen un poder calorífico similar al fuel", y que la cantidad que se exporta es mínima porque su transporte cuesta "entre 300 y 350 pesetas el kilo".
José Castro del Río señala que la situación actual es "insostenible", fundamentalmente porque "aún no se ha publicado la orden ministerial que otorga las subvenciones para el presente año por kilo de aceite regenerado". "Debería existir un plan a cuatro o cinco años, lo que permitiría aumentar la inversión en tecnología", añade. Este periódico intentó ayer sin éxito ponerse en contacto con los responsables de la Secretaría General de Medio Ambiente.
Las subvenciones de 1989 fueron de 34,40 pesetas a la refinerías por kilo de aceite regenerado, de las cuales 11,50 iban al transportista, 2,16 al taller y 0,007 milésimas de peseta al transportista.
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