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Matanza de palestinos en los territorios ocupados

Un joven de 21 años provocó ayer un baño de sangre en los territorios ocupados por Israel al disparar a sangre fría contra una muchedumbre de trabajadores palestinos y matar a siete de ellos. El hecho provocó una iracunda reacción de la población palestina, que se lanzó a la calle para manifestarse, a pesar del toque de queda. Las tropas israelíes causaron la muerte de al menos otras siete personas al reprimir la protesta e hirieron a más de 400. Los 14 muertos y el altísimo número de heridos hicieron de la jornada de ayer la más sangrienta desde que, a finales de 1987, comenzó la Intifada.

Los hechos se desencadenaron en la población de Rishón Letzion, a 15 kilómetros de Tel Aviv. El joven israelí, residente en la localidad y de quien no se conoce por ahora el nombre, se vistió con el uniforme de su hermano -que cumple el servicio militar- y robó su fusil ametrallador. Disfrazado de militar, acudió por la mañana a un lugar popularmente conocido como mercado de esclavos, donde los palestinos acuden diariamente para ser contratados como eventuales por patronos israelíes. Una vez allí exigió a los jornaleros -más de un centenar- que mostraran su documentación. Inmediatamente después comenzó a disparar."Cuando llegué al lugar había varios cargadores y decenas de cartuchos vacíos en el suelo", relató el conductor de una de las 12 ambulancias que transportaron a las víctimas. "A mí no me pareció un loco; tenía odio en los ojos", dijo uno de los heridos. Fuentes policiales dijeron que el joven, quien justificó su acción por "un desengaño amoroso", sería examinado por un psiquiatra.Inmediatamente después de la matanza, miles de palestinos enfurecidos tomaron las calles, desafiando el toque de queda.Levantaron barricadas e incendiaron automóviles, a lo que el Ejército de Israel respondió con disparos indiscriminados. Al menos siete personas resultaron muertas y un mínimo de 400 heridas.La matanza sobrevino cuando la Intifada (rebelión civil palestina) había empezado ya a perder fuerza debido al agotamiento de la población y a sus agudos problemas económicos."Este incidente ha reavivado el fuego de la Intifada", admitió un portavoz gubernamental israelí. El presidente de Israel, Haim Herzog, condenó inmediatamente la acción del joven, que calificó como "un acto de locura".El Frente Popular de Liberación Palestina (FPLP) estimó sin embargo en un comunicado que "no puede tratarse de la actuación de un individuo aislado".

Yasir Arafat, presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) declaró ayer que la "matanza no influirá entre los palestinos y su deseo de proseguir la Intifada" a la vez que solicitó sanciones contra Israel de los países occidentales.

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