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El 'dúo dinámico' de la unidad

Kohl mandó en Estrasburgo y De Maiziere se quedó con un gato

ENVIADO ESPECIALEl pasado miércoles Helmut Kohl, el canciller de la RFA, llegó a Estrasburgo mandando, como acostumbra desde que la historia le saliera al encuentro. El primer ministro de la RDA, Lothar de Maiziere, paseó de noche solo por la ciudad y regresó al hotel Hilton con un gato. Dicen que era negro. Los líderes de las dos Alemanias recibieron para la unificación el largo aplauso del Parlamento Europeo. El presidente de la Eurocámara, Enrique Barón, se adelantó a cualquier otra institución comunitaria para demostrar que la CE espera a la RDA con los brazos abiertos.

Barón invitó al primer ministro, Lothar de Maiziere, a una visita oficial que se convirtió en la primera negociación para el ingreso. Era miércoles y el orden del día del Parlamento se había vestido de gala con el fin de otorgar a Helmut Kohl el último espaldarazo a la unificación de Alemania. El canciller llegó como un ciclón. Antes de su intervención fue invitado a tomar café con Barón, Jacques Delors, Enrico Vinci y otras personalidades. Kohl se impacientó en voz alta porque a Delors parecía faltarle un intérprete.Luego, el canciller echó en cara a sus huéspedes que no entendía por qué no le habían preparado un debate de tres o cuatro horas por lo menos. Como la diplomacia comunitaria tiene un rostro dulce pero posos de venganza, Barón había limitado la intervención del canciller a 15 minutos, los mismos que a él le concedieron en la cumbre de Dublín. "Yo incluso les regalé tres y así se lo hice notar al primer ministro irlandés, Charles Haughey", explicó el presidente del Parlamento. Sin embargo, Kohl dijo de inmediato que olvidaba el incidente porque el café estaba bueno, y soltó una carcajada en solitario. Charlando con Barón, quien habla con soltura el alemán, le espetó: "Yo ya sé que usted es un buen amigo de Alemania, pero está muy mal aconsejado".

De Kohl dicen en la CE que no hay quien lo soporte desde que se convirtió en el protagonista para que Alemania gane la III Guerra Mundial de una manera pacífica. La caída del muro de Berlín le ha empujado a encabezar la historia de su patria y no aguanta que alguien no se dé cuenta.

En el debate, el portavoz del Grupo Socialista, Jean Pierre Cot (entre sus compañeros de escaño hay quien le llama Coz, por su carácter brusco y su empedernido enfrentamiento con Delors a causa de disensiones internas del socialismo francés), le espetó a bocajarro al canciller que su espíritu comunitario era sólo de boquilla. "Te fallan los hechos", vino a decir a Kohl, quien, a pesar de todo, se fue de Estrasburgo con otro gol anotado y cara de pocos amigos.

Al canciller de la RFA no pareció gustarle que el aplauso a Lothar de Maiziere fuera el doble de largo que el suyo. El primer ministro de la RDA comentó en privado que "este Kohl me parece un hombre acelerado".

Confidencialmente afirmó que sólo dos cosas podría obligarle a aceptar las eleccio nes únicas en las dos Alemanas antes de fin de año: la economía de la RDA sufra un colapso o que en la URSS triunfe Ligachov en sustitución de Gorbachov". Si no, opina que habrá que ir algo más despacio.

Lothar de Maiziere se fue para el Hilton con comitiva y escoltas. Subió a su habitación. Luego bajó solo y pululaba perdido por la recepción del hotel cuando se encontró con Enrico Vinci, el secretario general del Parlamento Europeo, quien le ofreció su coche para recorrer la ciudad. Era medianoche. A las tres de la mañana regresó Lothar con un gato en los brazos.

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