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Redondo acepta que el Gobierno aplique literalmente lo pactado en enero, pero "sin triquiñuelas jurídicas"

Nicolás Redondo manifestó ayer que UGT está dispuesta a aceptar que el Gobierno aplique, en la norma sobre el control sindical de la contratación, la literalidad de lo pactado en enero, pero "sin triquiñuelas jurídicas". El líder de UGT mantiene que el compromiso afectaba a todos los contratos que se deben hacer por escrito, y asegura que con el texto presentado el pasado día 15 por el Ejecutivo "se mantendrá el fraude y la picaresca", ya que sólo estarían sujetos una parte de los contratos temporales. En ningún caso la central va a aceptar que se renegocie lo ya comprometido, y menos en una mesa tripartita con la CEOE.

En la clausura del congreso de la unión de Madrid, el secretario general de UGT de Madrid mostró su confianza. en que el nuevo texto que debe enviar el Gobierno a las centrales la próxima semana se ajuste estrictamente a lo acordado, y asegura que ni su sindicato ni CC OO quieren arrancar más, pero tampoco perder nada ni van a renegociar lo ya comprometido por todos". Redondo asegura que están dispuestos a aceptar la literalidad propuesta por el Gobierno siempre que "cada palabra vaya en su sitio, para expresar lo que en enero querían decir, que lo que tenga que ir en el preámbulo no vaya en el articulado y respetando el espíritu del acuerdo". En ningún caso van a admitir una discusión tripartita, pedida el sábado por la CEOE a los ministros de Economía y Trabajo.El dirigente ugetista sospecha que han existido presiones de la patronal, o que el Gobierno considera ahora que fue demasiado lejos, pero en todo caso mantiene que en la mesa negociadora de enero se comprometió el control sindical de todos los contratos que se deben hacer por escrito.

Redondo cree que todavía "el acuerdo es perfectamente posible si el Gobierno lo desea", y prefiere pensar que se trata de un nuevo escollo similar a los habidos en la primera fase de la concertación, cuando también hubo momentos difíciles y amenazas de ruptura que se superaron. En su opinión, "el Ejecutivo tiene difícil negarse a negociar, porque los trabajadores apoyan la Propuesta Sindical Prioritaria", y lanzó a modo de reto la siguiente afirmación: "Si el Gobierno del PSOE quiere tener los votos de la ciudadanía y el apoyo de los trabajadores tiene que integrar la PSP en su política económica y social".

Las palabras más duras del sindicalista estuvieron dirigidas a la patronal CEOE, cuya política considera. "un chantaje permanente al Gobierno y a los trabajadores, hace lo que le da la gana, bloquea los convenios, generando conflictos como el de la banca, y amenaza con sanciones a los empresarios de la construcción por pactar aumentos salariales dignos".

Limitar los beneficios

Redondo espera que el Ejecutivo le responda a una pregunta que le ha hecho muchas veces y que consiste en que aclare cuánto deben subir los beneficios empresariales para no poner en peligro la previsión de inflación. Su negativa a sentarse en una mesa tripartita con la CEOE se basa en que "un Gobierno de progreso se debe distinguir de uno conservador en que no puede pactar con la patronal todo lo que legisla, porque para eso es mejor que tenga las manos libres".

La UGT de Madrid ha acordado poner en marcha medidas de presión en el caso de que el Gobierno incumpla sus compromisos, pero los dirigentes de UGT han optado por no concretar esas acciones y mantener de momento la cautela hasta conocer el documento definitivo del Gobierno. Redondo se limitó a recordar ante los delegados sindicales que "se han superado momentos delicados, como el 14-D, que sigue presente hoy, con una enseñanza clara: la acción sindical consiste en negociar y concertar, y cuando no nos quede más remedio, presionar". El líder ugetista asegura que si el sindicato hubiese aceptado algunas leyes y medidas propuestas por el Ejecutivo del PSOE, "hoy estaríamos en la UVI".

A los delegados de Madrid les pidió que trabajen por una negociación descentralizada en la comunidad autónoma que preside Joaquín Leguina, porque "si acertamos en Madrid y conseguimos buenos acuerdos habrá un fortalecimiento del conjunto de la UGT y de los sindicatos". También les expuso que uno de los mayores retos es trabajar por la reducción de la jornada laboral, tomando como ejemplo las 35 horas conseguidas por el sindicato alemán I G Metall.

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