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La gira papal origina una disputa política en Mexico

Francesc Valls

La visita de Juan Pablo II esta caldeando por momentos el termómetro político mexicano. Las referencias hechas por el Pontífice a los "mártires" de las guerras religiosas cristeras el pasado miércoles en Aguascalientes y la defensa el pasado jueves en Chihuahua del derecho a pedir escuela confesional han provocado críticas que apuntan a que la gira papal está, reabriendo viejas heridas en un país que desde la época del emperador Maximiliano no mantiene relaciones diplomáticas con el Vaticano.

El episcopado ha calificado de "zopilotes" (aves carroñeras) a los autores de estas críticas. La polémica, ya existente desde la llegada del Pontífice, sobre el carácter político o pastoral de este viaje se ha reavivado con las palabras pronunciadas por el Papa en Chihuahua. Como era previsible, dado que ese día se celebró en México el Día de la Madre, Juan Pablo II abordó el tema de la familia. Los ataques al aborto, al uso de anticonceptivos, y la defensa de la castidad como virtud fueron del brazo de un tema que suscita no pocas polémicas en este país centroamericano: la libertad de que los padres de familia católicos puedan llevar a sus hijos a escuelas confesionales.El Papa exhortó a los centenares de miles de personas presentes a "exigir de las autoridades" el reconocimiento de los colegios confesionales como "un derecho legítimo que se debe reflejar en la legislación del país". En México existen alrededor de 3.000 colegios religiosos y universidades que, según la legislación vigente, no pueden ser regidos por congregaciones religiosas ni por la Iglesia diocesana. Sin embargo, ahí se educa a la práctica totalidad de la clase dirigente mexicana. En estos centros han estudiado los hijos de algunos ex presidentes de la nación, que formalmente siempre se han negado a reformar una Constitución que no reconoce jurídicamente a la Iglesia o a establecer relaciones con la Santa Sede.

Estos colegios funcionan gracias a unas sociedades integradas por buena parte de la clase dirigente, la misma que mantiene la legislación anticlerical de 1910.

La izquierda señala que la visita papal coincide en buena parte de su mensaje con los intereses de la derecha mexicana. Quienes protestan por ello -el Partido Revolucionario Democrático (PRD) y el Partido Popular Socialista (PPS)- fueron calificados de "zopilotes" por el portavoz del episcopado, Jenaro Alamilla, quien destacó la "voluntad política" exhibida, en cambio, por el presidente Carlos Salinas de Gortari.

Cambio legislativo

El portavoz aseguró que la Iglesia mexicana se pondría a trabajar por un cambio legislativo una vez que hubiera concluido la visita de Juan Pablo II, que está consiguiendo el espaldarazo para la reforma constitucional. Alamilla añadió que la asistencia de miles de personas a los actos de la gira papal constituye "un auténtico plebiscito".De esta manera, el episcopado salió al paso de las críticas efectuadas por la oposición izquierdista, que también acusa al Gobierno de sufragar los gastos de este viaje. En este sentido, el portavoz de los obispos señaló que la financiación la han hecho los católicos, puesto que son el 90% de la población de este país y, al pagar sus impuestos, el único papel del Estado consiste en hacer revertir ese dinero en la visita papal. Pero el sentimiento popular es ajeno a todas estas polémicas entre Iglesia y partidos. En Chihuahua, por ejemplo, continuó el baño de multitudes. Allí las asociaciones proderechos humanos han saludado al Pontífice con un "tu visita nos llena de esperanza" y han explicado, a través de una carta, la situación de violación de los derechos humanos que sufren los campesinos.

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El baño de multitudes prosiguió el jueves en Monterrey, donde más de un millón de personas oyeron un discurso papal centrado en la justicia social.

En la tarde de ayer, el Papa se trasladó a Tuxtla Gutiérrez, donde hubo un pequeño cambio en el programa -celebración de una misa en la catedral- debido al accidente aéreo en el que murieron 27 personas, entre ellas el obispo de Tapachula, Luis Cantón Marín.

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