Los compañeros del 'niño burbuja' volvieron a clase

La mayoría de los alumnos de preescolar del colegio público de Cerdedo (Pontevedra) regresaron ayer a clase después de una semana de ausencia por el temor de los padres a que uno de los niños, Iván Garrido, de cinco años de edad, fuese portador de anticuerpos del sida. La intervención del delegado de Sanidad en Pontevedra, que se desplazó el pasado martes a Cerdedo, terminó por convencer a los padres de los niños de que la enfermedad que padece Iván, una inmunodeficiencia congénita que le convierte en lo que se conoce como niño burbuja, no supone ningún riesgo de contagio para sus hijos.

La normalidad volvió ayer al colegio de Cerdedo, según el director del centro y alcalde de la localidad, José Luis Jorge, quien se confesó "aliviado" por la resolución de un conflicto que tenía "a todos apesadumbrados". Por vez primera en siete días Iván no estuvo solo en su aula y se reanudaron las clases en los dos grupos de preescolar.El conflicto se inició la pasada semana cuando los padres decidieron retirar a sus hijos de clase al enterarse de la existencia de un análisis médico que revelaba que Iván era portador de anticuerpos del sida. Los médicos que atienden al niño informaron posteriormente, a través de los medios de comunicación, que estas pruebas habían arrojado un falso positivo, ya que en realidad Iván padece una inmunodeficiencia primaria congénita. Esta enfermedad no sólo no supone ningún riesgo de contagio para sus compañeros, sino que es el propio pequeño el que, al encontrarse sin defensas, está expuesto a contraer enfermedades con más facilidad que una persona normal. Iván debe recibir cada mes inyecciones intravenosas de inmunoglobulina.

Pese al desmentido de que el pequeño padeciese sida, los padres de alumnos mantuvieron su postura de no enviar a los niños a clase hasta que la información no fuese confirmada oficialmente por las autoridades. El pasado sábado el consejero de Sanidad de la Xurita, Manuel Montero, envió una carta al colegio explicando el estado de salud del pequeño. Elpasado martes también se desplazó a Cerdedo el delegado de Sanidad en Pontevedra que, tras una reunión con los padres, consiguió que éstos depusiesen su actitud.