En defensa de la esfera armilar
¿Cómo podría calcularse la riqueza que la torre Eiffel ha dado, da y dará a París? ¿Cuánto costó? Aunque sólo sea por la cantidad de veces que uno la ve a lo largo del año (agencias de turismo, películas, televisión, anuncios, etcétera), puede decirse que el comercio, el turismo y la imagen de Francia han gozado, gozan y gozarán de una gran potenciación gracias a esa torre.Pero es que además, en sí, la torre Eiffel es un gran negocio. Las entradas, la venta de recuerdos y los derechos de imagen la han convertido (durante 100 años) en uno de los más sólidos y permanentes negocios del vecino país.
En Madrid podemos ahora contar con un monumento de esa categoría. Me refiero a la Esfera Armilar. En mi opinión, más interesante que la propia torre Eiffel, por su forma, por su argumento y por su mezcla de modernidad y tradición. ¿Por qué se oponen con tanta saña los que se oponen? ¿Quiénes son y qué les mueve? Intereses corporativos, luchas políticas, envidias ... ¿Quién recuerda los nombres de los políticos de París cuando se realizó la torre Eiffel?
Por supuesto que la Cibeles y la Puerta de Alcalá dan identidad y gloria a Madrid. Pero eso es más bien un acicate para tener, además, la Esfera Armilar. ¿A quién han dejado los parisienses no enterarse de que además de tener Notre-Dame, el Louvre, el Arco de Triunfo, etcétera, han hecho en los últimos años la Pirámide de Pei, el Arco de Berzy, el Pompidou?
Quizá esa gente que se opone prefiera no celebrar el V Centenario del Descubrimiento de América -fundamental hecho en la historia de España, de la América actual y del mundo entero- y prefieran reservarse para ese otro centenario de la amargura que podrán celebrar en 1998.-
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