El hombre que nunca ríe
Al nuevo primer ministro húngaro, Jozef Antall, líder del Foro Democrático Húngaro (FDH), sus compatriotas le conocen como el hombre que nunca ríe. A los 58 años, este ex discípulo de los curas piaristas, licenciado en Historia, ex bibliotecario y profesor secundario es para los húngaros la imagen del padre sobrio y algo autoritario.Antall, uno de los fundadores del, FDH, mantiene algunas deformaciones profesionales adquiridas durante su carrera docente. Al dirigirse a los corresponsales extranjeros en Budapest, en la segunda rueda electoral parlamentaria, agradeció a quienes habían "informado bien" y reprendió a aquellos otros que a su entender "informaron mal". Dijo entonces que esperaba que "arreglaran esta actitud en el futuro".
Tras el triunfo del FDH, Antall se dirigió al país hablando a los "15 millones de húngaros". En dicha cifra incluyó a los magiares que viven en Hungría, a las minorías húngaras de Europa central y del Este y a los grandes grupos que emigraron en 1956 a Estados Unidos y Canadá, después de que la revolución democrática fuese aplastada por las tropas soviéticas.
Acusar a Antall de nacionalista o de antisemitas a algunos miembros de su partido son los únicos argumentos que hacen tambalear su permanente mesura. Su mejor y recurrente defensa es la historia de su propio padre, Jozef Antall I, que fue el comisionado para refugiados durante la II Guerra Mundial y salvó a un importante número de judíos y polacos del exterminio.
En el tumultuoso año de 1956 participó en la revolución como líder de un comité estudiantil y colaboró en la reorganización del Partido Independiente de los Pequeños Propietarios. Tras el levantamiento, fue arrestado.
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