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José María Carreño: "No busco un escándalo con la Iglesia católica"

La película 'Ovejas negras' es una comedia crítica sobre la educación religiosa de los años cincuenta

Ovejas negras, la ópera prima del crítico cinematográfico José María Carreño, se estrena esta semana. en España -el día 4 en Pamplona, el día 6 en San Sebastián, el día 7 en Madrid-, tras haber permanecido nueve meses esperando sala y recorrido varios festivales de cine. Es una comedia negrísima, hecha a golpes de humor, que critica la educación religiosa en España, pero su director afirma: "No busco un escándalo con la Iglesia católica".

Que una película española se estrene ya es, dada la escasez actual, por sí mismo noticia. Si además es la primera cinta de un realizador, que consiga llegar al público es, casi, casi, un milagro -valga sólo como dato indicativo: en la última Semana de Cine Español de Murcia se proyectaron 11 filmes realizados en los últimos dos años y únicamente tres han podido estrenarse- "Es la historia de siempre", dice el productor de Ovejas negras, Gerardo Herrero."Enseñamos la película a varias distribuidoras multinacionales", añade Herrero, "pero alegaban que no les interesaba porque era un 70% comercial y un 30% no'. Después también hemos tenido problemas con una distribuidora que se define católica y consideraba que esta película era un ataque a la Iglesia católica. Al final nos distribuye el filme Golem y estamos satisfechos".

Infierno y pecado

Y es que el argumento de Ovejas negras, con un humor negrísimo, a caballo entre el de Hitchcock y el de Buñuel, es de lo más incisivo: un adulto (interpretado por Miguel Rellán) de la España actual vuelve al colegio religioso en que estudió de niño (interpretado por Juan Diego Botto), en los años cincuenta, y confiesa cómo aplicó tan literalmente las enseñazas recibidas sobre el pecado y el infierno que acabó matando a varias personas para evitar que "siguieran pecando".El joven Juan Diego Botto, Miguel Rellán, Maribel Verdú, José Sazatornil (Saza) y Gabino Diego son los protagonistas de Ovejas negras.

"La película es autobiográfica", explica su director, José María Carreño, "en cuanto al clima moral que refleja y al ambiente de los colegios religiosos de la España de los años cincuenta que mi generación conoció. Pero todo lo demás es imaginación, porque ¡yo no he matado a nadie! y, aunque me parece nefasta la educación católica, con el paso del tiempo se me ha quitado el deseo de venganza y la amargura".

El director aclara que no ha querido hacer una película de tesis, "sino llena de humor, negro claro, y la prueba de que el espectador se lo pasa bien fue que se llevó el Premio del Público de la última Mostra de Valencia", dice.

"No busco un escándalo con la Iglesia católica", continúa, "aunque opino que entre la España actual y la del pasado no hay, una ruptura tan tajante como se dice en cuanto a la enseñanza católica. Además, no recuerdo quién lo decía, pero alguien lo hizo y yo estoy de acuerdo: 'No hay erotismo sin cristianismo".

Lo mismo piensa el joven actor, 14 años, Juan Diego Botto, quien afirma que "me gustó protagonizar esta historia porque me daba la oportunidad de hacer la crítica a ese tipo de enseñanza religiosa". Y también uno de los galanes de moda en el cine español, Gabino Diego: "Yo estuve en un colegio religioso y pasaban cosas como éstas". Un actor maduro como Miguel Rellán, contempla las cosas con su particular perspectiva generacional: "El complejo de culpa está tan metido en nuestra generación que yo no he podido quitármelo todavía".

En cambio, el veterano José Sazatornil, Saza, afirma que no ha tenido que documentarse en especial para vestir de mentirijillas la sotana: "Esta historia puede haber ocurrido en la realidad, pero yo me eduqué en las hermanas de la Doctrina Cristiana, y me trataron estupendamente. Ovejas negras puede ser la historia de un niño un poco retorcido, pero otros no eran así".

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