Gorbachov asegura que atacar a Lenin perjudica a la 'perestroika'

El máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, advirtió ayer a los sectores reformistas radicales que los ataques a Lenin refuerzan a los conservadores y dan a los enemigos de la perestroika la posibilidad de actuar como "salvadores" del sistema. En una ceremonia oficial celebrada en el teatro Boishoi de Moscú y dedicada al 1202 cumpleaños de Lenin, Gorbachov defendió ayer al fundador del Estado soviético de la andanada de ataques dirigida contra él.

Gorbachov se manifestó a favor de un enfoque "global" de la polémica figura de Lenin. La defensa de éste, y más concretamente de la época vinculada con la Nueva Reforma Económica (NEP), que permitió la iniciativa privada en los años veinte, fue realizada por el dirigente soviético con la vista puesta en su propia reforma económica. Si la NEP fue "una revolución dentro de la revolución", la reforma económica en ciernes es una "perestroika dentro de la perestroika", manifestó Gorbachov, quien aseguró que la introducción de amplios mecanismos de mercado no es el producto de un "acto desesperado", sino de un "programa pensado".El discurso (de Gorbachov duró exactamente una hora, y estuvo cargado de alusiones veladas a la situaición por la que atraviesa la política soviética y las sacudidas que conmocionan la vida del Partido Comunista de la URSS (PCUS). A ambos lados del dirigente se sentaban los miembros del Politburó, entre ellos, impasible, Egor Ligachov, considerado el cabeza de fila de los conservadores que se oponen aún a la introducción de los mecanismos de mercado y la propiedad privada en la URSS. Gorbachov consideró que Lenin había intentado dar prioridad a los métodos políticos sobre la violencia, pero no entró en detalles sobre el uso de la violencia por parte del fundador del Estado soviético, un punto que es ya objeto de discusión en los medios de comunicación.

Para muchos ciudadanos de a pié ha constituido una verdadera sorpresa la publicación de una carta inédita de Lenin fechada el 19 de marzo de 1922. En ella, Lenin declara que hay que utilizar el hambre en el país como pretexto para terminar con la Iglesia ortodoxa y exige que se reprima duramente a los popes.

Carta sorpresaEl texto de la carta, conocido en Occidente, fue entregado al semanario Sobesédnik por Gueorgui Smirnov, rector del Instituto de Marxismo-Leninismo. Las autoridades soviéticas habían mantenido siempre que esta carta de Lenin, fragmentos de la cual eran conocidos por la obra de Trotski, era una falsificación.

Los intelectuales soviéticos se han dividido hoy entre quíenes ponen en la misma onda a Lenín y Stalin y quienes, atacando al segundo, salvan al primero. Curiosamente, el diario Pravda y otras publicaciones han recurrido a los sovietólogos occidentales para defender un enfoque matizado y complejo de la figura de Lenin.

Este personaje pierde hoy popularidad en la URS S, según una encuesta de opinión publicada por el semanario Argumenti i Fakti. En diciembre de 1989, Lenin era el líder más popular entre todos los dirigentes soviéticos (vivos y muertos), con 4,37 puntos sobre un total de 5. A Fines de enero de este año, Lenin ha sido aventajado por el fallecido académico Andrei Sajarov, y su puntuación ha descendido a 4,25 puntos. Mijail Gorbachov se encuentra en tercer lugar.

Alrededor de Lenin se ha montado en la URSS un culto religioso cuya figura central es la momia que se encuentra en el mausoleo de la plaza Roja. El escritor y diputado Yuri Kariakin provocó una gran indignación en el Parlamento soviético cuando en 1989 pidió que se dé sepultura a los restos de Lenin. La momia, cuya autenticidad hay quien pone en duda, no tiene cerebro, pues este órgano fue sacado del cadáver de Lenín y sirvió de núcleo fundador del Instituto del Cerebro, una entidad que funciona hasta hoy y donde se conservan, miles de organos de personajes famosos y políticos.