La 'divina' Greta Garbo fallece a los 84 años

La actriz Greta Garbo, uno de los principales mitos de la historia del cine, falleció ayer en un hospital de Nueva York a los 84 años. Un portavoz del citado centro sanitario no reveló las causas de la muerte y anunció que la actriz, que abandonó el cine con sólo 36 años, será enterrada en la más estricta intimidad por deseo de su familia.

Muere con Greta Garbo la última leyenda del cine. Quedan ciertamente vivas otras aún más antiguas que ella, pero ya no son leyendas sino realidades más o menos prosaicas, como prosaica es una mujer envejecida. Es el caso de Lilian Gish, una hermosa anciana al alcance de la vista, tal como es hoy a sus 94 años. La hemos visto en películas recientes, pero a Greta Garbo no. Desapareció de las pantallas en plena juventud, en 1940, cuando se vio a sí misma. en La mujer de las dos caras, su última película, e intuyó que a partir de entonces se iniciaría fatalmente su decadencia. Decidió desaparecer y, desde entonces, hasta hoy, ha sido, siendo la mujer más conocida de la Tierra, una mujer totalmente desconocida, escondida, oculta, sin imagen, sin voz, sin rostro y, en cierta manera, muerta en vida.Greta Gustafsson llegó a Hollywood en 1925. Era conocida por unos cuantos que habían visto sus películas realizadas en Suecia por Víktor Sjostrom y Mauritz Stiller, pero fue en Hollywood, después de quitarse del cuerpo la mitad de su peso, cuando hizo para sí misma su propia imagen y es tal como la recordamos ahora. Entre su primera película norteamericana (El Torrente, de 1926) y La mujer de las dos caras, Greta Garbo fue, en esencia, la misma: no envejeció y si lo hizo fue sin perder su enorme belleza e incluso ganando, día a día, más. Y así, en su plenitud, es como será siempre recordada.

Otra gran actriz de su misma generación, Gloria Swanson, dijo en cierta ocasión: "El público quería que nosotros fuéramos diosas y lo fuimos". Esta tremenda afirmación era en esta actriz, como en tantas otras, sólo una manera de hablar con grandes palabras, una simple petulancia. Pero en Greta Garbo no fue así. Tuvo el coraje, o la cobardía, de creer al pie de la letra las palabras de su compañera e hizo suyo ese mandato de divinidad: no aceptó envejecer para los demás sino sólo para sí misma. Murió frente a su espejo, pero el rostro de su muerte no lo conocemos. Conocemos, únicamente, el rostro de la plenitud de su vida. Fue, por tanto, lo que Gloria Swanson no supo ser, una diosa, o un remedo hermoso y trágico de ella.

Al morir Greta Garbo muere definitivamente el cine que le hizo posible, un cine que aspiraba a la eternidad y que ahora cae víctima de su propio engaño.

En un barrio obrero

La divina nació el 16 de septiembre de 1905 en un barrio obrero de Estocolmo y, con sólo 14 años y huérfana de padre, comenzó a trabajar en una barbería del barrio. Luego sería vendedora y modelo en unos grandes almacenes y el día que cumplió los 17 años, inició un curso de interpretación en la Real Academia de Arte Dramático sueca.Un año después, Maurice Stiller, considerado el más importante director del mundo tras Griffith, la envía, tras un encuentro, un breve mensaje a través de un telegrama: "No planee nada para el verano, espere mis noticias". Buscaba una protagonista para su película Gosta Berling Saga. "Aquel telegrama cambió por completo el rumbo de mi vida", escribiría después la actriz, ya bautizada como Greta Garbo.

Con 22 años y con Flesh and the Devil (el demonio y la carne), comienza su fama mundial, Clarence Brown la dirige también en Amor, El beso, Gran Hotel, Anna Christie, Anna Karenina y María Malewska. En 16 años, hasta su retirada en 1941, rodaría en total 24 película mudas y sonoras.

Además de las cintas mencionadas otras de sus películas fueron La reina Cristina de Suecia, Ninotcka -con Ernst Lubitsch- y La dama de las camelias con George Cukor, director con el que rodaría su última película, en 1941: La mujer de las dos caras. Fue nominada en tres ocasiones a los Oscar de Hollywood pero nunca alcanzó el galardón. Sin embargo, en 1954 se le concedió una estatuilla reconociendo "sus inolvidables interpretaciones".

Tras el rodaje de su última película, La mujer de las dos caras, en 1941, pasa a convertirse en un mito viviente al retirarse de toda actividad pública. El impulso de la televisión hace renacer su fama al reponer sus películas más famosas. Directores de tanto prestigio como Ingmar Bergman o Luchino Visconti intentaron infructuosamente que colaborase en proyectos suyos.

Su vida sentimental siempre fue un misterio minuciosamente guardado por la actriz que durante muchos años fue considerada una de las solteronas más ricas del mundo. Además de una relación sentimental con el actor John Gilbert se le han atribuido idilios con el músico Leopold Stokowski, el dietético Gayelor Hauser y el financiero George Schlee.