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UGT, el sindicato

El próximo 11 de abril darán comienzo las sesiones del 35º Congreso Confederal de la Unión General de Trabajadores. Para nuestro sindicato, este congreso tiene una especial significación por varios motivos: en primer lugar, porque lo realizamos cuando han transcurrido 102 años desde que en 1888 se constituyera la UGT y es, por tanto, el primero que celebramos tras la conmemoración de nuestro centenario; en segundo lugar, porque nos encontramos a dos años vista de la entrada en vigor del Acta única, de la Europa, comunitaria sin fronteras, con lo que ello supone de reto para los trabajadores y sus organizaciones, y por último, porque el congreso va a tener que debatir sobre la actividad sindical y organizativa desarrollada durante cuatro intensos años en los cuales se han producido acontecimientos de indudable importancia y trascendencia tanto para la UGT como para el conjunto de los trabajadores.Nuestro sindicato acude a esta cita con un importante bagaje: durante estos años ha dejado patente una vez más que sabe ser firme y responsable en la defensa de los intereses de los trabajadores y que, igualmente, ha sabido mantener su independencia de criterio y de actuación frente a presiones de muy diverso signo. Por otra parte, durante este período de actividad sindical aumentarnos el número de afiliados en cerca de un 45% y, con el trabajo de todos, hemos logrado que nuestro sindicato sea una de las más sólidas y amplias organizaciones del país.

Es por ello, y sin caer en la autocomplacencia, por lo que debemos dejar patente nuestro convencimiento de que la UGT ha progresado notablemente en lo que hace referencia a su consolidación organizativa, a su presencia e implantación en los centros de trabajo, elementos todos ellos que serán sin duda reforzados e impulsados en los propios debates congresuales, convencidos como estamos de que en un sistema democrático los sindicatos son imprescindibles para organizar y defender a los trabajadores, profundizar en la democracia y desarrollar una política de progreso.

En cualquier caso, el congreso confederal -máximo órgano de dirección del sindicato- debe pronunciarse sobre los aciertos y desaciertos de la práctica sindical llevada a cabo durante estos últimos cuatro años; ésa es una de sus funciones, como también lo es diseñar y aprobar los criterios de actuación hasta el próximo congreso.

Cabe señalar a este respecto que los debates sobre política organiizativa van a ocupar un lugar de primer orden; no en vano este congreso ha sido definido como el de la consolidación y expansión de la UGT.

En esta materia, el fortalecimiento de las federaciones estatales -de la estructura profesional del sindicato- es el reto más importante que tenemos planteado. Esta política debe contemplar los esfuerzos que tenemos que seguir desarrollando para afianzar un sindicalismo de base, pegado a la realidad de las empresas y al sentir mayoritario de los trabajadores.

La síntesis de estos dos principios nos lleva al convencimiento de que el fortalecimiento del sindicato debe de hacerse prioritariamente en el ámbito de la empresa, potenciando para ello las secciones sindicales.

Es necesario practicar un sindicalismo cotidiano que dé respuestas eficaces y de manera permartente a los problemas y reivindicaciones de los trabajadores, y para que esto sea así es necesario contar con organización en el centro de trabajo. Si bien lo anterior es evidente, no lo es menos que difícilmente el sindicato puede ejercer su función en la empresa, convirtiéndose en una herramienta útil para los trabajadores, si no dispone de competencias exclusivas en un aspecto como el de la negociación colectiva, que está indisolublemente ligado a la propia esencia del sindicalismo.

En consecuencia, uno de los objetivos que se plantea el congreso es el de lograr la sindicalización de los convenios, o, lo que es lo mismo, que el sindicato protagonice en exclusiva el conjunto de los procesos de la negociación, aplicación y gestión de los acuerdos en el seno de las empresas.

Para conseguirlo es necesario avanzar en la articulación de la propia negociación y en el enriquecimiento del contenido de los convenios, lo que posibilitará una acción sindical con mayor participación y una práctica de negociación y diálogo social en las empresas.

Por otra parte, la UGT encara el futuro inmediato reafirmando su decidida voluntad de seguir manteniendo una actitud constructiva, de trabajar de manera positiva para consolidar la recuperación económica, aportando nuestro esfuerzo para mantener un crecimiento económico que debe ser equilibrado y solidario.

Y lo vamos a seguir haciendo bajo el principio (le que el diálogo y la negociación son los mejores instrumentos para conseguirlo y porque son elementos consustanciales con el sindicalismo y con nuestra concepción de la acción sindical.

A este respecto hay que poner de manifiesto que, para el sindicato, las políticas de concertación y de solidaridad exigen de los poderes públicos contenidos de progreso, potenciar y desarrollar el Estado de bienestar, así como la decidida apuesta por un sector público eficaz y suficiente que contrarreste los desequilibrios sociales del libre mercado, aspectos que son consustanciales del modelo socialdemócrata.

Objetivo prioritario

En cualquier caso, y así lo recogen los documentos de trabajo que se presentan al congreso, lo que resulta perentorio es que la creación de empleo sea el objetivo-prioritario de la política económica. El papel que al respecto debe desempeñar el sector público es de enorme importancia, en especial en el desarrollo de iniciativas correctoras de las insuficiencias y carencias que en materias como las infraestructuras básicas, equipamientos, protección del medio ambiente, asistencia social y extensión y ampliación de los servicios públicos, constituyen en sí mismas oportunidades de enorme relevancia para asociar estrechamente objetivos de creación de empleo, de capitalización social y de satisfacción de necesidades públicas.

Junto al reto del pleno empleo, para la UGT, otro de los objetivos fundamentales es el de eliminar la precarización en el mercado de trabajo y obtener los mismos derechos contractuales para todos los trabajadores, ampliando la cobertura de la negociación colectiva, y para ello, un primer elemento fundamental es la lucha por la estabilidad en el empleo, ya que la precarización modifica la correlación de fuerzas a favor del empresario y conlleva al mismo tiempo el desarrollo de unas. relaciones laborales de tipo individual.

En otro orden de cosas, vamos a seguir trabajando activamente por lograr la paulatina reducción de las desigualdades entre las personas reivindicando la homologación de nuestros niveles de protección social con los de los países más avanzados de la Comunidad Europea.

La elevada tasa de paro y la proliferación de formas de empleo precario, unidas al modelo de crecimiento impulsado durante los últimos años, han supuesto una acentuación de las desigualdades, deteriorando al mismo tiempo bienes y servicios públicos esenciales. Las desigualdades deben ser reducidas por sistemas fiscales y de seguridad social. La situación actual y el diferencial que en estas materias aún nos separa de los países comunitarios hacen necesario y posible redistribuir más y mejor en nuestro país, y en esta perspectiva, la lucha contra el fraude fiscal es una pieza central.

Por tanto, UGT está firmamente comprometida para lograr que los sistemas de protección social para todas aquellas personas que ocupan posiciones más frágiles y desprotegidas sean reforzados, al tiempo que reivindica la mejora y ampliación de los bienes preferentes: educación, sanidad, vivienda y servicios colectivos, en la seguridad de que ello conforma una sociedad más justa, eficaz y solidaria.

Por último, debemos referirnos a un aspecto de suma importancia para la UGT y para el conjunto del movimiento sindical europeo, como es el desarrollo de lo que denominamos democracia económica, en tanto que este concepto engloba el conjunto de medidas e instrumentos que permiten a los trabajadores tener una mayor capacidad de influencia en las decisiones económicas y sociales en todos los ámbitos.

Esta capacidad de intervención se concreta por medio de la participación tanto en las empresas como en las instituciones en las cuales se determina en buena medida el salario indirecto. En consecuencia, definir y potenciar mecanismos de democracia económica es un objetivo central y estratégico para la UGT, máxime ante la perspectiva de la entrada en vigor del Acta Única.

Empleo y precariedad

En resumen, la consecución del pleno empleo, la eliminación de la precariedad en el mercado de trabajo y el aumento y mejora de la protección social y los servicios sociales son los objetivos estratégicos que van a ser discutidos en nuestro 35º congreso. Junto a ello, el congreso abordará en profundidad lo relativo a la consolidación de las federaciones y de las secciones sindicales, la apertura a los nuevos colectivos y la modernización y racionalización del trabajo del conjunto de nuestros organismos. Todos estos aspectos tienen una enorme importancia para garantizar una significativa aportación del movimiento sindical de nuestro país en la construcción del espacio social europeo, de una Europa de los trabajadores -en el marco de la Confederación Europea de Sindicatos- evitando con ello que este proceso se haga sobre el recorte de los derechos de los trabajadores, el dumping social y el aumento de las desigualdades.

Éstos son, de manera sucinta, algunos de los principales puntos que serán discutidos en nuestro congreso. En cualquier caso, la UGT seguirá trabajando con coherencia, eficacia y responsabilidad, practicando su autonomía sindical, desde nuestra orientación socialista y siempre con el propósito de defender a los trabajadores y lograr una sociedad más justa y solidaria.

José Antonio Saracíbar es secretario de organización de la UGT.

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