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CITAS CON LAS URNAS

Un mesías en Domingo de Ramos

Este peruano de padres japoneses, llegados hace 60 años a Perú, que responde al nombre de Alberto Keinya Fujimori Fujimori, tiene muchas posibilidades de tomar la banda presidencial el próximo 28 de julio. En ese día de la fiesta nacional y transmisión del mando presidencial, Fujimori cumple 52 años.Este ingeniero, padre de cuatro hijos con nombres españoles y japoneses que significan Felicidad, Belleza, Nieve y Segundo Hijo, ha conseguido en pocas semanas conmover al electorado y convencer a un país desencantado y harto de los políticos tradicionales de que puede ser un mesías salvador. En este Domingo de Ramos, Fujimori hizo su entrada triunfal en la vida política de Perú como un auténtico maremoto.

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Sólo poco más de 1.000 palabras tiene el Ideario y declaración de principios de Cambio 90, el grupo que presentó a Fujimon como candidato a presidente y número uno de la lista para senadores. El Ideario comienza con una invocación a Dios, y en sus 15 puntos no aparece la palabra inflación por ninguna parte. Habla sólo una vez de fortalecer "los valores de la cultura nacional como medio de superar la dependencia financiera determinada por la abultada deuda externa y su injusto tratamlento por los países acreedores".

Justicia distributiva

Sobre narcotráfico únicamente dice que hay que "contribuir al mejoramiento de las costumbres y la elevación de la moral en la comunidad nacional, liberándola de los males sociales, como el narcotráfico, la drogadicción y la violencia social". En cuanto al terrorismo, el Ideario proclama que hay que "fomentar la distribución equitativa de la riqueza, rechazando la intolerancia en la vida política, los métodos de agresión, violencia y destrucción terroristas".

Con este mínimo equipaje ideológico, el eslogan "honradez, trabajo, tecnología", un tractor y la recaudación resultante, según dicen, de haber hipotecado su casa, Fujimori se lanzó a la campaña electoral y amenaza con llegar a la presidencia, para horror de quienes no han podido, querido o sabido reconocer los signos de los tiempos en Perú. Antes de lanzarse a la política, Fujimori tenía un programa de debate en la televisión pública. Todos coinciden en afirmar que era aburridísimo y con cuotas de audiencia por debajo del 2%. Con el entrenamiento y hábito de catequizar y convertir en un país de mayoría católica, los evangélicos seguidores de Fujimori recorrían los llamados pueblos jóvenes (barrios pobres) de Lima, se subían a los autobuses y predicaban la buena nueva del chinito que iba a traer créditos del Japón y un Gobierno de honradez, trabajo y tecnología.

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