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Un tráfico muy especial

El profesor Ethan Nadelmann abandera la legalización de las drogas en EE UU

Ethan Nadelmann, profesor de la universidad de Princeton (Estados Unidos), está consiguiendo atraer a la causa de la legalización de las drogas a importantes personajes públicos de la sociedad norteamericana. Antes de su viaje a España, donde participará en el simposio Tráfico de drogas y política internacional, que se celebra en Madrid, Nadelmann anticipó a EL PAÍS su análisis sobre la legalización de las drogas. El simposio, organizado por el Centro de Estudios de Política Exterior, será inaugurado hoy por la reina Sofía.

La Administración norteamericana descalificaba hace escasas semanas al ex secretario de Estado George Shultz a raíz de sus declaraciones a favor de la despenalización de las drogas. Pero Shultz "es sólo la punta de un iceberg", ha dicho Nadelmann. El profesor compara la actitud de la Administración de Bush contra la droga con la fiebre anticomunista del maccartismo.Las tesis de Nadelmann han empezado a calar en una sociedad en la que el desencanto está sustituyendo a la euforia que siguió a la declaración de guerra contra las drogas realizada por el presidente George Bush el pasado mes de septiembre.

Detrás de este movimiento se encuentra un joven -32 años- y activo profesor de la universidad de Princeton que durante años ha investigado los costes y consecuencias sociales de la política estadounidense antidroga. Los artículos de Ethan Nadelmann a favor de una legalización controlada han circulado en los más influyentes círculos políticos e intelectuales. Shultz y Sweet, entre otros, han reconocido expresamente en Nadelmann al gurú ideológico del debate. "Y cada día se verá a más y más gente", asegura Nadelmann con satisfacción, "Conozco numerosos jueces, alcaldes, policías, políticos influyentes que defienden la legalización o al menos otras alternativas que ni siquiera se han mencionado. A lo único que esperan para manifestarlo públicamente es al momento en el que hablar sobre legalización sea algo perfectamente respetable".

Entre sus numerosos ensayos, el que sin duda ha tenido más repercusión ha sido un extenso artículo, publicado recientemente en la prestigiosa revista Science, en el que Nadelmann responsabiliza al sistema de criminalización de narcóticos de la mayor parte de los problemas sociales atribuidos a las drogas en general. "Regulando la producción, distribución y venta de marihuana, heroína y cocaína", dice Nadelmann, "el Gobierno podría recaudar millones de dólares en impuestos, dinero que se destinaría al tratamiento de drogadictos y a campañas de educación".

Por otra parte, dice Nadelmann, la calidad de vida mejoraría no sólo para los drogadictos, sino para todos los ciudadanos. "El número de crímenes, robos y atracos descendería; el crimen organizado que rodea el narcotráfico sufriría un golpe mortal, y la policía, los fiscales y los jueces podrían dedicarse a combatir otro tipo de crímenes de los cuales los ciudadanos no pueden defenderse por sí solos".

Libertades civiles

Pero los argumentos que utiliza Nadelmann en defensa de la legalización no se limitan a las ventajas puramente económicas y sociales que a su juicio reportaría el fin de la prohibición, pese a que éstos son los que más amplia acogida han tenido. Nadelmann considera alarmante el aumento de restricciones en las libertades civiles de los ciudadanos, tales como la generalización de controles obligatorios antidroga en las empresas o los poderes de la policía para efectuar registros sin requerimiento judicial.

"Los americanos sólo necesitamos que se nos inyecte el suficiente grado de histeria para que nos mostremos dispuestos a renunciar a nuestras libertades", dice Nadelmann. "Y lo que está ocurriendo es muy parecido al maccartismo, sólo que esta vez están tratando de hacernos creer que el enemigo son las drogas".

Nadelmann está convencido de que se exageran los peligros que entraña el consumo de narcóticos. "Es el uso que se hace de las drogas lo que determina el riesgo", asegura. "Existe una manera responsable de consumir drogas, al igual que existe una manera responsable de consumir alcohol".

'Cocaíne connection'

En su despacho en la universidad de Princeton, donde Nadelmann es profesor de Política y Administración Pública, se apilan toneladas de publicaciones entre ellas, títulos españoles."España, que ha adoptado una legislación sobre drogas bastante liberal, cuenta con la desventaja de que los traficantes latinoamericanos han aprovechado los lazos culturales y lingüísticos para establecer en el país su centro de operaciones", dice.

"Desgraciadamente, aquellos que quieren atacar a España y su permisividad hacia el consumo de drogas encuentran una excusa en esa cocaine connection que en realidad no tiene nada que ver con la legislación española". Nadelmann quiere estudiar más de cerca en su viaje a España el movimiento pro legalización en Europa.

Portavoz de la legalización

"Sea cual sea el resultado de los distintos experimentos que se llevan a cabo en Arristerdam, Zúrich o Barcelona, al menos Europa ha tomado la iniciativa para buscar nuevos enfoques hacia el problema de la droga. Creo que ha llegado el momento de que Estados Unidos empiece a acercarse a la perspectiva europea". Nadelmann, que es un conversador persuasivo e incansable, ha aceptado con entusiasmo su nombramiento oficioso como portavoz de los partidarios de la legalización. "Tengo la sensación de estar cumpliendo con mi deber al defender una alternativa que puede ayudar a crear una sociedad más decente, sensible y humana. El mensaje que trato de transmitir a la gente es que el actual sistema de criminalización de las drogas es tan costoso, inefectivo, inmoral, y además está tan podrido, que tenemos que acabar de una vez con ese sistema y decidirnos por la alternativa".

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