El director de Granma, responsable de la televisión cubana

El Consejo de Estado de Cuba designó nuevos directores para el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), organismo del que dependen todos los medios de radio y televisión del país, y para el diario Granma, órgano oficial del partido comunista. Los nombramientos coinciden con el inicio de las pruebas de emisión de TV Martí, cadena financiada por Estados Unidos y dirigida a la audiencia cubana, y con el comienzo de un nuevo enfrentamiento entre Washington y La Habana, cuyo Gobierno anuncia "una crisis de incalculables consecuencias".

Para la dirección del ICRT fue designado Enrique Román Hernández, de 44 años, miembro del Comité Central y hasta ahora director de Granma, que ha sido sustituido por Jacinto Granda de Laserna, de 44 años, jefe de sección del Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR) del comité central del partido, encargado de establecer la línea informativa de la Prensa cubana. Los cambios se efectúan "en aras del fortalecimiento" de los dos medios de comunicación afectados, según la nota oficial publicada ayer por Granma.El nombramiento de Román al frente del Instituto de Radio y Televisión fue considerado en fuentes extraoficiales, citadas por la agencia Efe, como una decisión dirigida a adecuar el funcionamiento de la Prensa nacional a la actual situación de dificultades y presiones internacionales por las que atraviesa Cuba. Enrique Román accedió a la dirección de Granma en 1987, ha militado en las filas comunistas desde su juventud. Ismael González fue "liberado de su responsabilidad" en la dirección del ICRT tras cinco años al frente de éste organismo con "un saldo en general positivo".

Reacción internacional

La salida al aire de TV Martí, que emite desde un zepelín militar situado a 3000 metros de altura y cuyas primeras transmisiones fueron interferidas el martes en la ciudad de La Habana, fue calificado por el Gobierno de Fidel Castro como un violación de la soberanía nacional en una declaración oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores, que pide una reacción de la comunidad internacional, especialmente de los organismos dependientes de Naciones Unidas, contra el proyecto estadounidense.

Desde que la administración norteamericana hizo público su propósito de aprobar una estación televisiva destinada a entrar en los hogares cubanos con una programación variada y especial incidencia en los informativos, los técnicos del Ministerio de Comunicaciones del gabinete castrista estudiaron sistemas de interferencia que no afectasen la programación de los dos canales de alcance nacional: Telerebelde y Canal 6.

Según el ejecutivo cubano, cuyos planes más inmediatos son penetrar en las frecuencias radiales de la costa atlántica norteamericana con un potente emisor de un millón de kilowatios y otros dos de 500.000, la iniciativa estadounidense influirá negativamente en la consolidación de los acuerdos de paz y seguridad regionales

El Gobierno de La Habana estima que TV Martí vulnera el acuerdo sobre comunicaciones suscrito en Nairobi en 1982, así como la Convención Internacional de Telecomunicaciones firmada por Cuba y Estados Unidos.