La estación 'Freedom' tiene graves defectos de diseño, según expertos de la NASA

La estación espacial Freedom (Libertad), que se empezará a construir a mediados de esta década, tiene graves defectos de diseño que pueden hacer necesarias grandes modificaciones. Una comisión de expertos federales ha encontrado que la estación, la pieza central del programa espacial tripulado de Estados Unidos, no se puede construir tal como estaba diseñada porque sus múltiples piezas empezarían a fallar antes de que se completara la construcción y harían falta muchas horas de paseos espaciales para repararla.

Freedom, bautizada así por el anterior presidente Ronald Reagan, es un proyecto de 30.000 millones de dólares (3,3 billones de pesetas), que ha sufrido varios recortes y retrasos en los últimos años, lo que ha provocado la alarma y la irritación de los otros socios en el proyecto: la Agencia Espacial Europea, Japón y Canadá. Tendría una longitud total de 150 metros y un peso de 290 toneladas, pero los fallos ahora encontrados pueden forzar el cambio de estas características.Los expertos de la agencia espacial estadounidense (NASA) encontraron a principios de este año que la construcción de la estación, que duraría cinco años, sólo llegaría al 60% o 70% antes

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de que los astronautas enviados a construirla tuvieran que empezar a dedicarse a un complejo programa de mantenimiento, inspecciones y reparaciones.

La estación sería como un puesto adelantado desde el cual los astronautas podrían llevar a cabo una diversidad de estudios científicos y desde donde se aventurarían en el sistema solar.

El presupuesto de este año para la estación es de 1.800 millones de dólares, y el Gobierno ha pedido 2.500 millones de dólares para el año que viene. Hasta el momento se han gastado 3.900 millones de dólares en estudios de diseño y en la construcción de partes del prototipo. Si se construyera como está diseñada, la estación requeriría unas 2.200 horas de mantenimiento anuales por parte de astronautas en traje espacial. Esta cantidad es considerada alarmantemente elevada por los expertos que han revisado el proyecto.

En 30 años de programa espacial estadounidense, los astronautas han hecho paseos en el espacio por un total de sólo 400 horas. Estos paseos se consideran peligrosos por los riesgos de radiación y los peligros que plantean los restos espaciales y los micrometeoritos. La última vez que un astronauta hizo un paseo espacial fue hace ya cuatro años.

Entre las posibles soluciones están la construcción de partes con una vida media más larga, lo que incrementaría el coste de la estación. David Walker, un astronauta encargado ahora del montaje de la estación, señaló que ésta, tal como está concebida, probablemente no se podrá construir. Sin embargo, dijo Walker, "podemos resolver estos problemas".

John E. Pike, director de política espacial de la Federación de Científicos Americanos, un grupo privado con base en Washington, señaló que estos hallazgos constituyen un grave golpe para el programa de la estación. "La lección es la misma que con el transbordador", dijo Pike. "Estas cosas son mucho más fáciles de diseñar y construir que de operar". Añadió: "Políticamente, no es un golpe de muerte. Sobrevivirán".

Treinta y un vuelos del transbordador están planificados para transportar materiales para la estación.

La primera parte se lanzará en 1995 y su construcción terminará en 1999. Estará situada en una órbita de 400 kilómetros de altura y podrá albergar ocho astronautas durante su vida prevista, de 30 años.

Satélite lunar japonés

Por otra parte, Japón se convirtió ayer en el tercer país, tras Estados Unidos y la Unión Soviética, que coloca un satélite artificial en órbita lunar. La sonda portadora, Muses-A, de 182 kilos, que fue lanzada el pasado 24 de enero, se aproximó en la madrugada de ayer a 15.000 kilómetros de la Luna y colocó en órbita un pequeño satélite de 13 kilogramos, del tamaño de un balón de fútbol.