_
_
_
_

El buen toreo del toricantano

Moura / Joselito, Litri, Ponce

Cinco toros de Joao Moura, terciados, flojos, de juego desigual; 1º, sobrero de Diego Puerta, chico, cinqueño, inválido. Joselito: estocada; la presidencia le perdonó un aviso (petición, ovación y salida a los medios); estocada corta baja (ovación con pitos y salida al tercio). Litri: aviso con retraso antes de entrar a matar; bajonazo (oreja); bajonazo descarado (algunas palmas). Enrique Ponce, que tomó la alternativa: estocada corta muy baja y rueda de peones (oreja); estocada corta descaradamente baja (aplausos). Plaza de Valencia, 16 de marzo. Séptima corrida fallera.

El buen toreo que se vio ayer en Valencia lo hizo el toricantano; es decir, Enrique Ponce, nuevo matador de alternativa. Toricantano pertenece a la terminología de los revisterios antiguos -no muy antiguos: la escuela de K-Hito, sin ir más lejos- y parafraseaba misacantano = el que canta misa; de donde cabe deducir que toricantano sería el que canta toro. Dicho así no queda muy bien, francamente; lo que suele acontecer casi siempre cuando se dan explicaciones. Toricantano vale tal cual se pronuncia y es preferible no meterse en averiguaciones.En cambio, del toreo de quien en la tarde cantó-toro, o se alternativó, o recibió el doctorado, o como se quiera expresar, sí convendrá dar explicaciones, aunque sólo sea para dejar constancia de la pureza con que marcó los tiempos de las suertes, el gusto con que las interpretó, la frescura y la naturalidad con que transfiguró en arte el canon de la tauromaquia. La perfección quedó distante, por supuesto, pero fue porque allí faltaba toro, o para decirlo con propiedad, faltaba la embestida cabal del toro.

Más información
La mañana

El padrino también hizo toreo bueno y también le faltó toro. El padrino, Joselito, impecable en los terrenos que pisó, en el cite, en el temple, logró que el reservón lloro le tomara la muleta, hizo después un largo alarde de encimismo, mató de un magnífico estoconazo. Lo malo del padrino fue el tiempo que empleó en hacer lo que narrado queda en tan pocas líneas. El padrino tenía la tarde pelma -en su otro toro aún se llegaría a exceder- e igual le ocurría al testigo, que apodan Litri.

El testigo que apodan Litri hizo el toreo más desastrado de la feria y el público se lo recompensó con los más estruendosos olés, lo cual podría ser una paradoja o un sarcasmo. El testigo que apodan Litri, en el tercero, metía pico exagerado, embarcaba rústico, remataba por alto, echaba a correr para rectificar terrenos. Litri ejecutó de tal guisa una faena completa y como no acababa de encender las mechas del entusiasmo, ejecutó otra a continuación, al estilo tremendista, donde se incluyeron manoletinas, molinetes de rodillas y derechazos mirando al tendido. Estaba en las manoletinas cuando la presidencia le envió un aviso.

En el quinto toro, de las dos faenas mencionadas Litri repitió la primera, quizá porque la casta del toro le aconsejaba no probar fortuna con la segunda, y empleó el tiempo que el reglamento marca para el primer aviso. En el cuarto Joselito había repetido la de su toro anterior, aunque sólo la parte aquella del largo alarde de encimismo y no acababa nunca. Padrino y testigo se pusieron pesadísimos y al salir de nuevo el toricantano a la palestra, era ya de noche.

A lo mejor es lo que pretendían padrino y testigo. Los toreros son muy cucos. De cualquier forma, a la amarillenta luz de los focos pudo verse que el toro se acobardaba en banderillas, más aún cuando Enrique Ponce le instrumentó trincherazos finísimos seguidos de naturales cargando la suerte, y entonces se puso a recular por el redondel. En estas circunstancias no había posibilidad de toreo bueno, acaso ni del otro, y Ponce remató la función de un cruel bajonazo. Le faltó toro, le faltó suerte, pero la demostración de su torería, eso no le faltó. No todos los toricantanos pueden decir lo mismo, la verdad.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_