Pétain y el Frente Nacional
La estructura de Sigmaringen (France) se torna todavía más compleja con la introducción del productor y director de cine Raymond Soubise, personaje de ficción dispuesto a rodar un filme propagandístico sobre la capital de la Francia de Pétain -de ahí el irónico título de la pieza-, un filme que vemos efectivamente rodar en el salón blanco: un filme con un escenario escrito por Céline.Toda esta trama, aparentemente complicada -en la que Sigmaringen, con su mariscal, su Gobierno-comisión, sus resistentes, su radio y periódico propios, parece una réplica y un chiste del Londres de De Gaulle-, da pie, con sus más de 20 intérpretes en el escenario, a un vodevil macabro y chillón, un vodevil poujadista en el que una parte de la Francia profunda, la misma Francia que se expresaba el pasado año en la Asamblea europea a través de las palabras del diputado del Frente Nacional Claude Autant-Lara, se reconoce en las palabras de Léon Degrelle, el führer belga, huésped de Sigmaringen: "N'ayez pas peur d'étre des vrais français tout en étant des européens. L'Europe vivra par nous ou elle périra!". Una Francia dispuesta como ya hiciera en su día el coronel Rémy, el más célebre agente secreto de De Gaulle- a pedir la rehabilitación del mariscal Pétain. Porque si De Gaulle era la espada de Londres, Pétain era el escudo de Vichy. Una espada y un escudo para defender a los franceses de las cuatro superpotencias que tienen colonizada a Francia", según dice el guía de Sigmaringen y antiguo chef de main Perreux: la superpotencia "marxista, la masónica, la judía y la protestante", sin olvidar a "los extranjeros", sobre todo a los árabes, "que ensucian Francia".
Las fuentes de que se ha servido Benoin para escribir su obra son el relato de Céline (D'un château l'autre), algunos libros de memorias y trabajos de especialistas sobre la Francia de excelentes intérpretes. Sigmaringen (France), la primera obra escrita por Benoin y que pronto se convertirá en su segundo filme, es un espectáculo barroco, muy cinematográfico, con atmósfera y muy francés; prácticamente redondo.
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