Los colombianos votaron ayer, en unas elecciones de nuevo cuño
Los colombianos protagonizaron ayer unas elecciones marcadas por transformaciones tanto de forma como de fondo. Por primera vez se eligió popularmente un candidato -el liberal- a la presidencia; por primera vez, un movimiento guerrillero transformado en movimiento político se convirtió en opción democrática en las urnas, y también por primera vez, sin ser una votación oficial, los electores, en un voto considerado como de rebeldía, apoyaron la llamada séptima papeleta para pedir la convocatoria de una Asamblea Nacional constituyente como único camino "de salvación para Colombia".De acuerdo con las encuestas de las cadenas radiofónicas, Carlos Gaviria, candidato liberal a la presidencia, ha obtenido el 60% de los sufragios. Pero la novedad ha sido el 8% que el dirigente del M-19 Carlos Pizarro obtuvo en Bogotá, un buen resultado si se tiene en cuenta que es la primera vez que el movimiento ex guerrillero compite en unos comicios.
El presidente, Virgillo Barco, señaló un factor que hace que estos comicios sean considerados como históricos. Gracias al esquema Gobierno-oposición, implantado por Barco, "los partidos serán evaluados por el pueblo por lo hecho".
Así lo aseguró el primer mandatario en su alocución del sábado por la noche, en la cual invitó a todos los colombianos a fortalecer la democracia acudiendo a las urnas. La mayoría de las mesas fueron colocadas en lugares cerrados.
Reforma constitucional
"Lo que está en juego es la necesidad de abrir la posibilidad a una reforma constitucional. Es el compromiso de las fuerzas políticas de respetar este hecho político", comentó a EL PAÍS Bernardo Salamillo, dirigente de la Unión Patriótica (UP)."Esperamos consolidarnos como la tercera fuerza del país. Espero también que se consoliden otras fuerzas de izquierda, como el Frente Popular y el M-19, y que esto nos lleve a crear un frente de convergencia para hacer frente al bipartidismo".
La violencia contra UP no cesa. Pocas horas antes de abrirse las urnas, dos de sus militantes fueron asesinados en Chigorodó en la zona del Urabá antioqueño.
La UP invitó a varios observadores internacionales para vigilar los comicios en las zonas donde el acoso contra sus militantes ha sido casi sistemático. Entre ellos figuran dos alemanes, un ecuatoriano y la parlamentaria española de Izquierda Unida Cristina Almeida.
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