Pata negra con tintorro
Jamón de pata negra eran los enmalvados novillos que salieron ayer en Las Ventas. Necesitaban como acompañamiento un caldo de semejante categoría. Rioja, valdepeñas o fino, poco importaba si su calidad era máxima. Pero los coletudos engorrinaron el festín, y se los comieron con el químico tintorro que suelen ofrecer en las malas tabernas. El resultado fue el propio, Indigestión.Una indigestión que tal vez estos jóvenes coletudos recuerden si alguna vez escriben sus memorias. Dirán algo así como: "Pena. Allá por los 90 gocé de una ocasión inmejorable para triunfar en Madrid. Con unos novillos tan chochones que casi eran la tonta del bote fuí incapaz de torear. Aunque, eso sí, les pegué cientos de pases". Ya se sabe que torear es la antítesis del pegapasismo tal al día.
Domecq / Atienza, Vázquez, Andujano
Cinco novillos del marqués de Domecq, y 5º, sobrero de Alcurrucén, desiguales de presentación, nobles y manejables. Julio Atienza: ovación; silencio. Javier Vázquez: silencio; más aplausos que pitos cuando saluda. El Andujano: aplausos; vuelta. Plaza de Las Ventas, 11 de marzo.
Lo malo es que los novilleros, mismamente los de ayer, se hartan a cortar orejas por esos pueblos de Dios con estas mismas faenas posmodernas. Unas faenas que consisten en citar fuera de cacho y en oblicuo, no cargar la suerte, correr a enmendar terrenos y otras torpezas.
Así, Atienza se limitó a ciertos arreboles con la pañosa. Vázquez sólo brilló con el percal en ceffidos quites por chicuelinas. Y El Andujano, con sus espectaculares banderillas, amén de una gran estocada al último, que le valió la vuelta al ruedo. Poca cosa. Sucedáneo de vino para un buen jamón desaprovechado.
Babelia
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