La oposición está dispuesta a resistir el pulso de los socialistas
A. D. "Aberración" es la palabra más suave que utilizan los portavoces de la oposición para referirse a la intención socialista de incompatibilizar hasta el infinito a los diputados, y son muchas las preguntas sin respuesta que provoca la futura legislación, que caerá corno una losa sobre la Cámara y, puede vaciarla de la tercera parte de sus actuales miembros. Los interrogantes surgen de la propia indefinición del PSOE, ya que si se dejan llevar por el afán abolicionista de actividades privadas se puede llegar hasta el absurdo, según se detienen en explicar, con supuestos prácticos, políticos de toda la oposición. ¿Se puede tener una lechería? ¿Se pueden escribir artículos en Prensa con su correspondiente remuneración? ¿Se pueden dictar conferencias? ¿Se puede defender a despedidos en los tribunales? ¿Se puede colaborar con centros de investigación? ¿Hay que renunciar al negocio familiar? No está precisado.No obstante, las situaciones más claras son las que ejercen la mayoría de los parlamentarlos que simultanean como pueden la actividad política y la privada: abogados, médicos y docentes. Aquí hay unanimidad en la oposición en señalar que prescindir de esta clase de profesionales llevaría aparejado "un empobrecimiento" de la Cámara "que convertiría a sus miembros en una "casta apesebrada que se reproduce dentro de sí misma y alejada de la pluralidad social", según palabras del dirigente del PP Federico Trillo, que en el Registro de Intereses declara "el ejercicio profesional de la abogacía".
Defensa del "cocido"
La misma impresión tiene el portavoz de Izquierda Unida, Nicolás Sartorius, que declara pertenecer a un "despacho laboralista" y a quien le causa hilaridad la perspectiva de "navajazos y tiros" entre los diputados para repetir en las listas, ya que de ello depende nada menos que "el cocido".
Este dramatismo no embarga a los socialistas, que apelan a la legislación sueca, cuyo sistema de incompatibilidades es absoluto.
La oposición está deseosa de que llegue el día 14 de este mes y comprobar el tenor de las propuestas socialistas en esta materia, que se unirán a las iniciativas presentadas y aprobada para su tramitación por todos los grupos. En principio nadie da un paso atrás, y aunque proclaman "la barbaridad que se puede cometer", dicen estar dispuestos a seguir adelante en este pulso. Esta reacción del PSOE es consecuencia directa del caso Juan Guerra y por instrucciones del presidente del Gobierno, que así entiende la "catarsis" (según su propia expresión) o purificación de la vida política, pensando que antes del final la oposición pedirá auxilio.
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