Una historia de coincidencias

La postura del Partido Popular y de la Iglesia Católica española han coincidido en muchas ocasiones frente a la política educativa del Gobierno socialista desde 1982.Los dirigentes de Alianza Popular, Alfonso Osorio, Carlos Robles Piquer y Alfredo Navarro, junto con el sacerdote marista Mariano Santamaría se reunieron en París el 12 de septiembre de 1984, tras la aprobación en el Congreso de la Ley Orgánica reguladora del Derecho a la Educación (LODE), con miembros destacados del RPR (Rassemblement pour la Republique) francés para informarse de cómo este partido había organizado una gigantesca manifestación en la capital francesa que llegó a provocar una crisis en el Gobierno socialista del país vecino.

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Pero al contrario que en Francia, donde participaron prelados en la manifestación, singularmente el cardenal arzobispo de París, Jean-Marie Lustiger, los obispos españoles comunicaron al Gobierno su intención de no participar en la protesta prevista para el 18 de noviembre de 1984.

No obstante, la postura de la jerarquía católica ante dicha manifestación y, en general, ante todas las movilizaciones contra la LODE promovidas por la Coordinadora Pro Libertad de Eseñanza, no fue unánime.

Si la Comisión Episcopal de Eseñanza (presidida entonces por el arzobispo de Zaragoza, Elías Yanes) se inclinaba por dialogar inínterrumpidamente con el Gobierno en favor de los intereses educativos de la Iglesia, algunos de los obispos, entre ellos el cardenal arzobispo de Madrid y hoy presidente de la Conferencia Episcopal, Angel Suquía, llegaron a sugerir en algún momento al clero de sus respectivas diócesis la conveniencia de tomar postura en las homilías dominicales a favor de dichas movilizaciones y aconsejar a los fieles la participación en ellas, aunque bajo el genérico principio de "actuar en conciencia".

La citada coordinadora decidió que los partidos políticos no tuvieran protagonismo y, de esta forma, Alianza Popular (AP) acordó no colaborar económicamente.

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