Los apuros de Yasir Arafat
La falta de avances en el proceso de paz ha puesto en dificultades al líder de la OLP
La ausencia de progresos tangibles en el proceso de paz israelí-palestino ha puesto en aprietos a Yasir Arafat, presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Por un lado, los habitantes de los territorios ocupados presionan para que se les autorice a usar armas. Por otro, sus principales afiliados en la OLP, el, Frente Popular y el Frente Democrático, piden cambio de táctica y liderazgo. Año y medio después de que la OLP aprobara en Argel su estrategia de paz, la desilusión gana terreno. Un panorama sobre el que aún no es perceptible la in fluencia de la eventual aceptación por Israel del plan de paz del secretario de Estado norteamericano, James Baker.
Desde hace tires meses, la dirección unificada de la intifada está pidiendo a la OLP permiso para utilizar armas, pero se les contesta que esperen, que aún no ha llegado el momento, explica a EL PAIS Abdelhadi Sharuf, responsable de relaciones internacionales del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FI)LP). "Si falla el proceso de paz, no podremos evitarlo", asegura con un gesto de contrariedad. Sus compañeros del Frente Popular (FPLP), del que se escindieron hace algunos años, han ido más lejos al manifestarse a favor del empleo de armamento. En un comunicado difundido en febrero en Damasco, el FPLP defendía que tal cuestión "se ha convertido en una necesidad"."No podemos seguir lamentándonos en el Consejo Nacional y en la ONU, porque llevamos 40 años así y no ha servido para nada", había explicado pocos días antes a EL PAÍS el número dos del FPLP, Abu Alí Mustafá. El dirigente palestino cree que, "si prosiguen las oleadas de emigrantes judíos soviéticos, habrá guerra", aunque confía en el poder de la disuasión. Ha sido esa llegada masiva de inmigrantes a Israel y su eventual instalación en los territorios ocupados la que ha terminado de enfriar las difusas prenegociaciones de paz.
La situación se encuentra tan estancada que hasta Arafat ha amenazado con tirar la toalla. "Si yo me encontrara en su lugar haría lo mismo", asegura Sharuf. "Es lógico, el Parlamento [palestino] y la gente quieren ver resultados, porque han dado su confianza y su apoyo para algo. Es una gran responsabilidad. O dimite o propone algo distinto". Mustafá se muestra más escéptico: "Ningún presidente dimite en el Tercer Mundo. No creo que Arafat lo dijera en serio. En todo caso demuestra su desilusión hacia la política israelí". El vicesecretario del Frente Popular apoya el cambio en la dirección palestina, porque está convencido de que "beneficiaría el proceso de paz".
El papel de EE UU
Ambos grupos, que por su proximidad a Siria pasan por ser los más radicales de la OLP responsabilizan a Tel Aviv y, de forma subsidiaria, a Washington del fracaso de los intentos de aproximación. "EE UU e Israel continúan siendo el principal obstáculo para la paz en Oriente Próximo. Israel no entiende el idioma de la paz", manifiesta Mustafá.
El portavoz del Frente Democrático defiende que "han existido posibilidades reales de hacer algo", pero que "EE UU e Israel han respondido llevando el proceso a un punto muerto". "Washington está dando a Isaac Shamir [el primer ministro israelí más oportunidades para reprimir la sublevación, más tiempo para que se diluya el problema y se produzca un retroceso en la demanda inter nacional de una conferencia de paz", argumenta Mustafá. "Es un error, porque seguiremos luchando, 20 años más si hace falta, hasta conseguir el Estado palestino independiente". "Aún no hemos recibido respuesta a las proposiciones del Consejo Central en Bagdad hace dos meses", advierte Sharuf. "No podemos ir más lejos; ahora esperamos que el otro lado haga algo
En lo que ambos grupos no están tan de acuerdo es en la eventualidad de encontrar un interlocutor israelí en estos momentos. El Frente Democrático es optimista sobre las posibilidades de dialogar con "el Movimiento Pacifista, importantes figuras del Partido Laborista o incluso algunas personas del Likud", los populares no ven en el horizonte ningún "interlocutor con poder político".
Frustradas por la intifada las pretensiones de Damasco por controlar el movimiento palestino, los dirigentes sirios han optado por aceptar a la OLP, incluso bajo el liderazgo de Arafat, algunas de cuyas tácticas desaprueban. En este contexto, ni George Habache, líder del Frente Popular, ni Nayef Hauatme, jefe del Frente Democrático, han tenido ningún problema en mantener su residencia en Damasco, tras su reintegración a la central en 1987. En tanto que el grupo de Habache defiende militantemente que las relaciones con los sirios "deben ser las mejores para poder enfrentar el peligro y el desafio israelí", los hombres de Hauatme, partidarios igualmente de la normalización, parecen estar al margen de las conversaciones directas.
El clima de pesimismo por el estancamiento de las conversaciones de paz se ha incrementado en las últimas semanas con el giro en el equilibrio de alianzas en la zona que ha provocado los cambios en Europa del Este. El establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel por parte de la mayoría de los países del bloque socialista .no nos hace felices, pero confiamos en que pueda ayudar a una política realista en la zona", confiesa Sharuf Mustafá espera, sin embargo, que "el clima democrático se extienda por la región árabe", porque esto beneficiaría a todos, incluidos los palestinos.
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