Un americano en Europa
La vieja teoría de los autores cinematográficos, propugnada por el crítico francés André Bazin y sus seguidores, ha tenido un éxito tan grande en todo el mundo, que si su inventor estuviera vivo sería el primero en sorprenderse. Como todas las hipótesis, sin embargo, necesita frecuentes ajustes para continuar siendo útil. Aunque nos encontremos con un auténtico autor cinematográfico como Billy Wilder -esto es, ante un artista que es capaz de crear un estilo propio, con el que expresa un universo de ficción que se alimenta de la realidad y surge de ella-, no sería justo atribuirle toda la responsabilidad de lo que vemos y oímos en la pantalla, sin subrayar la aportación de sus colaboradores más directos.El cine es un arte compartido, que necesita y exige la colaboración de muchos profesionales -guionistas, cámaras, montadores, intérpretes...-, y sin ellos ningún director sabría funcionar. Para empezar, no viene mal recordar que Wilder partió de una obra teatral ajena que adaptó a su propio mundo. Su cine reposaba sobre su instinto para seleccionar las mejores historias posibles -aunque los auténticos inventores fueran otros- y para elegir bien a los colaboradores. Ahora los admiradores de este maestro tenemos la oportunidad de ir revisando las películas más hermosas de su carrera, y podemos entender mejor la contribución de determinados actores (Jack Lemmon, en primer lugar) o la ayuda de unos escritores afines a su forma de hacer (el nombre de I. A. L. Diamond, guionista de ésta y otras películas) para lograr una realidad cinematográfica impecable y exacta.
Avanti!
Dirección: Billy Wilder. Guión: Billy Wilder e I. A. L. Diamond, sobre una obra teatral de Samuel Taylor. Fotografía: Luigi Kuvelier. Música: Carlo Rustichelli. Intérpretes: Jack Lemmon, Juliet Milis, Clive Revill, Edward Andrews. Estreno: cine Infantas.
Avanti! representa muy bien la evolución personal de este director, cuando volvió a Europa, a principios de los años setenta, a la tierra en la que vivió su juventud y sus comienzos profesionales.
Dos maneras de vivir
La diferencia esencial de Wilder con los moralistas profesionales radica en que estos intentan analizar la sociedad para entenderla mejor, acomodándola a un modelo preestablecido, mientras el director austríaco, se ha contentado, simplemente, con mostrar su funcionamiento, enredos y contradicciones, sin aspirar a cambiar el mundo ni a modificar la naturaleza humana.Avanti! es una de las fábulas más trágicas de este humorista sin igual, y en ella no queda títere con cabeza, aunque es posible que su engreído protagonista, que ha descubierto muchas cosas en Europa, se atreva a cambiar de vida, alguna vez, en el futuro inmediato. De todos modos, resulta evidente que, pese a los comentarios ácidos sobre los personajes europeos, que están lejos de ser unos santos, los americanos que actúan en esta obra son todavía peores, más hipócritas y repugnantes. El cineasta critica a todas sus criaturas de ficción con su habitual dureza, entreverada de simpatía y cinismo, pero acaba mostrando una amplia magnanimidad en relación con unos modos de vida que fueron los suyos en el pasado y a los que nunca renunció por completo.
Avanti! es una de esas comedias amasadas con ternura, sabiduría y amor, en las que la acción está al lado del abismo, entre el realismo aparente y la caricatura más aspera y despiadada. Quizá no tenga esta obra el acabado perfecto de El apartamento, Irma la dulce o En bandeja de plata, pero posee, en cambio, ese instinto supremo para la sorpresa y el hallazgo que caracteriza la etapa central de la filmografía de Wilder.
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