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EDUCACIÓN

La ocupación de las universidades en Italia enfrenta al Gobierno con los rectores

Juan Arias

La ocupación de las facultades universitarias en toda Italia ha generado una fuerte tensión entre el Gobierno y los rectores universitarios. El Gobierno no se atreve a poner el cascabel al gato enviando a la policía para que desaloje las facultades ocupadas, con el fin de reemprender el curso y los exámenes. Y lavándose las manos a lo Pilatos, ha desempolvado un decreto de 1933 en el que se dice que en casos de emergencia son los rectores de la Universidad los responsables de establecer el orden, llamando en su apoyo a las fuerzas del orden si es necesario.

Pero los rectores, desde Roma a Milán, han reaccionado con dureza contra el Gobierno, afirmando que el recurso de endosarles a ellos la responsablidad sobre ellos es cobarde y han anunciado que no llamarán a la policía. Sobre todo -han explicado muchos de ellos- porque se trata de un movimiento no violento en reivindicación de una serie de objetivos a los que tienen un derecho.

Sin embargo, el problema se agravó durante los días pasados cuando en una de las asambleas de la universidad de la Sapienza, la más grande de Roma, asistieron como oyentes, sin ser invitados, algunos brigadistas rojos condenados a cadena perpetua, pero que por problemas burocráticos están actualmente en libertad provisional.

Provocación

El ministro del Interior, Antonio Gava, había alertado sobre el peligro de "infiltraciones terroristas" en el Movimiento 90, que es el nombre que se han dado los estudiantes que han ocupado las diversas facultades. La presencia de dichos brigadistas en las asambleas ha sido la mecha que ha encendido las iras de cuantos ven con malos ojos la acción de protesta de los estudiantes. Y el Gobierno ha pedido a la Magistratura que abra una investigación al respecto.Mientras tanto, los estudiantes protestan con dureza contra lo que consideran una provocación premeditada, y ahora temen que desde la derecha puedan provocarse acciones incontroladas. De ahí que hayan efectuado toda una serie de declaraciones de condena de la violencia y de solidaridad con todas las víctimas del terrorismo negro y rojo. Entretanto, del proyecto inicial de ley del ministro Antonio Ruberti, que ha sido presentado al Senado y que aún no ha empezado ni a ser discutido, nadie habla. Ahora lo que preocupa es la consistencia que va tomando la protesta estudiantil y la decisión del Movimiento 90 de celebrar la primera asamblea nacional dentro de poco, probablemente en Florencia.

Los grupos católicos integristas de Comunión y Liberación y algunos jóvenes socialistas están preparando a su vez otra asamblea contra el Movimiento 90 y piden al Gobierno que desaloje a los compañeros que han ocupado las facultades con el lema "Queremos estudiar y hacer los exámenes".

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