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Shamir se enfrenta a los 'duros' de su partido, contrarios al proceso de paz palestino

Los partidarios del primer ministro israelí, Isaac Shamir, y de su ministro de Exteriores, Moshe Arens, se enfrentan hoy con el bloque representado por la línea dura del Likud, contraria a las negociaciones de paz con los palestinos, en la reunión del Comité Central de la coalición, a la que asisten 3.000 delegados. Los duros están encabezados por el viceprimer ministro, David Levy, y por los ministros de Industria y Comercio, Ariel Sharon, y de Economía y Planificación, Isaac Modai.Isaac Shamir ha dejado claro que si no obtiene un voto de confianza dimitirá ante el comité central como presidente de la coalición y a su cargo de primer ministro. Esta actitud pone de manifiesto que Shamir sabe que cuenta con un apoyo mayoritario en dicha instancia del Likud. Para algunos expertos políticos, lo que pretende el primer ministro es presionar al comité central para que acepte su política a favor de la negociación con EE UU, Egipto y los representantes palestinos.

La violencia de la polémica entre las dos facciones no ha hecho más que empezar. Modai ha dicho: "Si Shamir entra en nuestra línea de fuego en el pleno del comité central, cometerá un suicidio". Modai, Sharon y Levy acusan a Shamir de traicionar la ideología del Likud por ceder ante las presiones norteamericanas y el chantaje del Partido Laborista, con el que forma Gobierno de coalición. Los laboristas amenazan con romper la unidad nacional si el proceso de paz es abortado.

Según Sharon, "el debate es sobre el fondo del problema y concierne al futuro mismo de Israel". Sharon exige la suspensión de toda negociación con los norteamericanos, los egipcios y los palestinos en tanto continúe la intifada (rebelión palestina en los territorios ocupados).

Los ministros del Likud partidarios de Shamir estiman que Sharon, Levy y Mondai saben muy bien que las posiciones ideológicas del primer ministro no han variado y alegan que lo que persigue el triunvirato es la caída del primer ministro. Sharon y Levy aspiran a suceder a Shamir al frente del Gobierno. Sin embargo, la mayor parte de los expertos políticos subrayan la debilidad numérica del sector duro, que tan sólo agrupa a 11 diputados de los 41 con que cuenta el Likud en el Parlamento, y, por tanto, tiene pocas posibilidades de provocar la caída del primer ministro y líder del Likud.

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