El banco central de la RFA cede a la presión de Helmut Kohl para agilizar la unión monetaria alemana
Karl Otto Poehl, presidente del Bundesbank, el banco central de la República Federal de Alemania (RFA), ha anunciado su apoyo, con ciertas cautelas, a la iniciativa del canciller Helmut Kohl a favor de una rápida unión monetaria con la República Democrática Alemana (RDA). El cambio de actitud de Poehl, hasta ahora enfrentado al canciller y partidario de una mayor prudencia y laxitud en la introducción del marco como moneda de curso legal en la RDA, coincide con el encuentro, ayer, de Poehl con las autoridades de la RDA y con una ola de rumores sobre la posibilidad de que Alemania del Este solicite una inminente suspensión de los pagos de sus compromisos internacionales.
"Intentaremos minimizar los riesgos", dijo ayer Poehl refiriéndose a la unión monetaria. Pese al apoyo dado a la iniciativa del canciller Helmut Kohl, Poehl señaló que el proyecto de unión monetaria requeriría "un cambio radical en la estructura económica de la RDA". Poehl tildó además de "cortos de miras" a los más entusiastas defensores del proyecto de integración monetaria de la RDA.Medios oficiales, tanto en el Este como en el Oeste, coincidían ayer en manifestar su inquietud por la situación económica de la RDA, degradada hasta un punto en el que el país "podría entrar en una situación de bancarrota antes de las elecciones convocadas para mediados de marzo", según las palabras recogidas por Reuter de un alto funcionario en Bonn.
Los rumores, sin embargo, fueron rotundamente desmentidos. "El Gobierno federal no cree que la RDA vaya a entrar en una fase de insolvencia en los próximos días", anunciaba también a Reuter un portavoz oficial. El Ejecutivo de la RDA se sumaba al desmentido. "Esta información carece de sentido", apuntaba un portavoz del Gobierno en Berlín Este. "La RDA será capaz de atender a sus pagos mientras se mantenga el Gobierno de Hans Modrow".
Aunque matizadas, las declaraciones de Poehl en apoyo de la iniciativa planteada por Kohl contrastan con su postura anterior, pidiendo prudencia a la hora de concretar un acuerdo de implantación del deutsche mark como moneda de curso legal en la RDA. Poehl había insistido hasta ahora en la necesidad de que las autoridades del Este "pongan en orden la economía de su casa", antes de avanzar en la integración, protagonizando un abierto enfrentamiento con el propio Kohl.
Baja en la bolsa
Poehl viajó ayer a Berlín Este para entrevistarse con su homólogo de la RDA, Horst Kaminski, y la ministra de Economía de este país, Christa Luft. El anuncio del presidente del Bundesbank produjo una baja generalizada en la bolsa de Francfort y en el mercado de bonos del Tesoro de la RFA, ante la inquietud de los inversores por una inminente elevación de los tipos de interés.Pese a la confusa información sobre el proyecto de unión monetaria, se da por descontada la posibilidad de aplicarla antes de las elecciones convocadas para la RDA, a mediados del mes que viene.
La introducción del marco alemán en la RDA, beneficiosa para ambas partes a medio plazo, ofrece una serie de inconvenientes inmediatos que habrán de contemplarse en la negociación. La anexión de una economía débil como la de la RDA producirá, a juicio de los expertos, la necesidad de emitir marcos, con un indudable riesgo inflacionista, de subida en los tipos de interés y de posible devaluación del marco. Además de su impacto en la RFA, este panorama incidiría en el Sistema Monetario Europeo y en la economía del continente.
Kohl se reunió esta semana con el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, para exponerle la voluntad de llevar adelante el proyecto, "sin que esto cause ningún retraso" en el calendario económico de la CE.
Frente al coste de la anexión monetaria, el comercio exterior de la RFA arrojó al cierre de 1989 un superávit de 130.000 millones de marcos, el más alto de su historia.
Para la RDA, por su parte, la unión monetaria incidiría a corto plazo, en un salto en sus tasas de desempleo, que alcanzaría al 15% de su población activa en un plazo inmediato, según un estudio de la CE.
La negociación entre Berlín y Bonn ha de fijar el tipo de cambio de ambas monedas. Las posibilidades barajadas hasta ahora son que se fije un cambio de uno por uno, una paridad basada estrictamente en criterios políticos, o se asuman criterios más realistas respecto al peso real de la economía de la RFA y la RDA.
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