El motor de la 'perestroika'
Aleksandr Yakovlev lanza su manifiesto contra el dogmatismo conservador
El dirigente soviético Aleksandr YakovIev, miembro del Politburó del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), se presenta abiertamente como el cerebro ideológico de la perestroika, en vísperas del importante pleno del comité central de mañana y pasado, en un libro que equivale a un manifiesto político radical dirigido contra el pensamiento dogmático conservador. La obra, la de mayor nivel intelectual realizada por un dirigente reformista de la URSS, fue anunciada la semana pasada, pero el libro, Realismo, tierra y 'perestroika', que EL PAíS pudo conseguir, no ha sido aún puesto a la venta.
YakovIev, de 66 años, se desnuda desde el punto de vista político y también huínano, con una colección de artículos y discursos escritos o pronunciados en los últimos 10 años, y en buena parte inéditos. La temática, tocada con gran erudición y un lenguaje muy diferente al estereotipado discurso político soviético, va desde cuestiones ideológicas y económicas hasta culturales e internacionales e históricas, e incluso religiosas.Cinco son las grandes amenazas que YakovIev ve en el camino de la reforma: el coriservadurismo, el nacionalismo, la mala gestión económica, el parasitismo y el burocratismo. Todas ellas vinculadas entre sí en un poderoso mecanismo económico, político y social, santificado por el dogmatismo y basado en el miedo.
"Los estados de ánimo dogmáticos resultaron muy vivos, y algunos de sus portadores y defensores conservan en sus manos las riendas de la dirección", afirma. Los conflictos nacionales suponen "una seria prueba" para la perestroika, ya que "era difícil imaginarse que los problemas socioeconómicos en algunas regiones pudieran adquirir tal virulencia y fuerza que fuera tan fácil llevarlos al campo nacionalista, dirigirlos contra la perestroika".
YakovIev, con gran tacto, elige una cita de un filósofo ruso para condenar el antisemitismo como algo peligroso para Rusia. Justamente estas tendencias antísemitas están ahora en. alza en la sociedad rusa, donde proliferan grupos que se autodenominan patrióticos.
Refiriéndose al derramamiento de sangre en conflictos nacionalistas de los últimos años, YakovIev señala que "es diricil librarse de la idea de que alguien,intencionadamente ( ... ), provoca enfrentamientos de intereses, a veces incontrolables por sus consecuencias, para utilizarlos como pretexto para renunciar a la democracia y a la transparencia informativa, para "apretar los tornillos". "Hay muchos interesados en ésto", afirma. "Todo esto sucede cuando el núcleo reformador en el partido apenas se está formando, y además, con dificultad", agrega.
Belicosidad
Por primera vez, se revela que Yakovlev criticó el artículo de la profesora Nina Andreieva en marzo de 1988, una semana antes de que Pravda lo condenara oficialmente. En una intervencíón ante las Juventudes Comunistas, YakovIev lo consideró como una muestra del encarnizamiento del ataque conservador a la perestroika, y señaló que "muchos camaradas hasta ahora no se dan cuenta de lo diricil y complicada que será la lucha contra el conservadurismo belicoso".
Yakovlev analiza el conservadurismo en el artículo que abre la obra, escrito en Ottawa y Moscú entre 1980 y 1983. Fue prácticamente desterrado por Breznev como embajador en Canadá entre 1973 y 1983 y volvió a la URSS, tras haber hecho de anfitríón de Gorbachov.
El conservadurismo, según YakovIev, es un fenómeno natural que se reproduce a lo largo de la historia y en cualquier sistema social. Se trata de una acumulación de inercia que con el tiempo es capaz de frenar el progreso. "En cada siglo hay su Edad Media", señala. "En cada generación hay gentes que con avidez coronan sus cabezas con los laureles de dudosos honores". Elconservadurismo se manifiesta como un dogmatismo, y en la URSS se revela como una defensa de la "limpieza del marxismo-leninismo".
Los conservadores, según YakovIev, temen el diálogo y lo convierten en monólogo, y clasifican como "revisionismo" incluso las citas no entrecomilladas de Marx y Lenin. Señala también que "en el momento de la verdad caen las máscaras". "Se han hecho más visibles quienes hablan de la perestroika de forma inexpresiva y callan de forma expresiva".
Lo más necesario para el éxito de la reforma es, según él, la adquisición de un "pensamiento democrático". "En muchos de nosotros hay un pequeño monstruo, un inspector de policía, un pequeño Bonaparte que anhela el poder. Y en cuanto éste se apodera de la persona comienza o bien una comedia o bien una tragedia", señala.
Ante el aparato del Comité Central en abril de 1988, Yakovlev decía que la repetición de los mismos errores cuestiona la naturaleza misma del sistema.
"Simplemente henios chocado con la necesidad de ver ( ... ) las profundas causas que están en el mismo sistema de relaciones sociales y que han entirado en contradicción con la vida". "Una perestroika a medias, una democracia a medias y una transparencia informativa a medias no sólo no tienen sentido, sino que son peligrosas socialmente".
Mercado libre
YakovIev, que califica de utopía la concepción antimercantil de Carlos Marx, defiende el mercado y la pluralidad de las formas de propiedad. Las funciones del mercado no son sólo económicas, sino que el mercado es la base misma de la democracia, señala.
"La dictadura puede existir en una economía de mercado, pero la democracia no puede existir sin mercado". El mercado es una garantía contra el monopolismo, ya sea éste estatal, institucional o productivo, y en el campo ideológico es la base de la libertad de elección".
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