Dos meses en un armario
Un bombero voluntario de Lesaka que participó en la extinción del incendio del caserío Garcianekoborda, en el que residían los hermanos Eizaguirre, y en la posterior búsqueda del cadáver de Aránzazu. afirmó ayer: "Ramona se ha reído de nosotros. Cuando dijo dónde había enterrado a su hermana, dudó, miró delante de la fachada de su caserío, a unos 15 metros en línea recta, que era justo el lugar donde habíamos acumulado todos los escombros, y dijo tranquilamente: 'Allí la enterré'. Después, delante de la Guardia Civil, dirigió las excavaciones cambiando de opinión. También dijo que habían tenido a Aránzazu metida en un armario durante dos meses. Al parecer, un nuevo médico de Lesaka les dijo que a mediados de semana subiría al caserío para visitarla, y entonces, el domingo, según sus propias palabras, la enterraron, y el lunes, cuando intentaron quemar el armario porque olía mal, se les fue el fuego e incendiaron el caserío".Otro joven que participó en la búsqueda, en la que se llegó a utilizar una pala excavadora del Ayuntamiento, añade: "Era increíble. Con enorme sangre fría nos afirmaba mientras cavábamos que la había enterrado envuelta en una colcha verde y que los restos no ocuparon mucho espacio. Nosotros le repetíamos que en los lugares donde nos decía no había sido removida la tierra, pero ella insistía diciendo: 'Si vosotros no la habéis sacado, sigue ahí". Vecinos del pueblo alientan el rumor de que pudieron deshacerse del cadáver transportándolo hasta unas minas cercanas.
El alcalde de Lesaca, José Luis Echegaray, indica: "Seguiremos el asunto, aunque no sabemos si realmente está muerta. Si dan alguna pista, la buscaremos, pero consideramos que es poco probable que escapara de la casa con vida".
Beatriz Goded, juez titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Pamplona que ordenó la libertad de los hermanos, señaló ayer a este periódico que ambos ratificaron su declaración inicial en el sentido de asegurar que enterraron a su hermana tras su muerte. Goded añadió que puso en libertad a ambos ya que, ante la desaparición de una persona aún no encontrada, no existe razón alguna para que ingresen en prisión.
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