Un triángulo amoroso apasionado
La traducción del título, como viene siendo habitual, se aparta de la literalidad para entrar en unos excesos pluviométricos que no se corresponden estrictamente con lo que ofrece esta película del polaco exiliado Kerzy Skolimovsky, más afín a la melancolía crepuscular y a la pasión dubitativa que a los delirios sentimentales benéficos. Torrents of spring, aquí traducida por El año de las lluvias, torrenciales, es una curiosa combinación de clasicismo y romanticismo, de corrección formal y pasión enloquecida.No es malo, en los tiempos que corren, buscar el refugio en una vieja tradición artística, y si se trata de un clásico europeo de la literatura, como Ivan Turgueniev, no viene mal recuperar el buen oficio y la perfección de las imágenes, que traducen la aparente solidez y la belleza de un mundo en el que todo parecía posible y nada se atrevía a amenazar la tranquilidad ubicua y la promesa de la felicidad.
El año de las fluvias torrenciales (Torrents of spring)
Guión y dirección: Jerzy Skolimovsky, sobre una novela de Turgueniev. Intérpretes: Nastassja Kinski, Timothy Hutton, Valeria Golino, Williani Forsythe, Jerzy Skolirnovsky. Estreno: Aluche, Amaya, Palacio de la Música; California (versión original).
Mujeres adorables
El héroe de la obra literaria de Turgueniev -un trasunto biográfico del escritor, obviamente- duda entre dos mujeres igualmente adorables, y, como es sabido, el precio que los dioses exigen a los que han gustado las mieles de la felicidad es la desgracia eterna.Kerzy Skolimovski no puede borrar una cierta sonrisa irónica al describir las evoluciones sentimentales de este héroe débil y vulnerable, tan próximo a nosotros, espectadores cansados de sus evoluciones y devaneos sentimentales. El relato conserva el viejo perfume de las frustraciones aceptadas, ante las que sólo cabe la resignación; además de las hermosísimas imágenes y de una excepcional dirección artística, exhibe la gracia y la belleza de dos jóvenes intérpretes, Nastassja Kinski y Valeria Golino. No es raro que el espectador quede prendido del encanto innegable de la primera -en una de las interpretaciones más logradas de su carrera-, aunque la posición secundaria del personaje al que da vida Valeria Golino no le ha permitido desplegar adecuadamente su capacidad interpretativa.
Corrección
El año de las lluvias torrenciales tiene esa corrección innegable que cabe exigir a las películas ambiciosas, y esa pizca de locura y de desbordamiento que piden determinadas escenas.Quizá le sobre, en mi opinión, una cierta dosis académica, aunque ella permita un acercamiento formal más hondo a los rituales y a las vestimentas del siglo pasado. El polaco Kerzy Skolimovsky vuelve, con esta adaptación, a recuperar su buena forma profesional, quizá con menos rígor que en sus trabajos más señalados -El buquefaro, El grito, Deep End...-, pero con un dominio constante del relato y un control absoluto de los elementos en juego.
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