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LA POLÉMICA DEL TRÁFICO DE INFLUENCIAS

Un ex guardia cilvil al servicio de un abogado obtuvo los documentos

El abogado sevillano Antonio Alva y el ex cabo primero de la Guardia Civil José María Romero, hasta 1981 destinado en el servicio de información de la 512ª Comandancia (BIlbao), han estado moviendo los hilos del escándalo Juan Guerra, según informaciones constrastadas por este periódico. El ex guardia Romero, que trabaja como investigador al servicio del despacho de Alva, fue la persona que obtuvo todos los documentos relativos a los negocios de Juan Guerra hasta 1988, inicialmente destinados como prueba jurídica de su ex mujer para la demanda de separación matrimonial que mantiene en curso.

Alva y María de los Ángeles López, su clienta en la demanda de separación de Juan Guerra, convinieron antes del verano en Sevilla trasladar todos los documentos obtenidos a un conocido semanario madrileño, previa petición de un periodista que les advirtió que podrían pedir una buena suma de dinero por ello. La operación fracasó porque la dirección de la revista no le entregó los 6 millones de pesetas que Alva demandaba, aunque sí en cambio le ofreció 250.000 pesetas.El abogado se negó a entregar los papeles, pero sí cobró las 19.800 pesetas del billete de avión Sevilla-Madrid- Sevilla, extremo que había sido pactado previamente. El semanario no era Época, que por otra parte fue quien reveló en el mes de junio último el escándalo en torno a los negocios del hermano del vicepresidente del Gobierno.

Este testimonio fue revelado por el propio abogado sevillano a este periódico en un encuentro privado y precisó que "en ningún modo, si hubiera obtenido ese dinero, se lo habría quedado, sino que era íntegro para su clienta. EL PAÍS ha tratado en los últimos días, sin éxito, contactar con María de los Ángeles López, ex esposa de Juan Guerra, para que facilitara su versión de los hechos.Pese a ello, los mismos documentos que Alva intentó vender a la citada revista viajaron en el mes de junio a Madrid de la mano de la propia María de los Ángeles López, que se los entregó personalmente al presidentedel Partido Popular, Manuel Fraga, en el curso de una entrevista que sostuvo en el domicilio particular de éste, sito en la residencia de profesores de la calle de Isaac Peral, de Madrid. Semanas después la revista Época tomaba la iniciativa y revelaba los primeros datos sobre los negocios de Juan Guerra.

María de los Ángeles López y Alva se conocieron a través de una amiga común y en su despacho se han hecho las únicas entrevistas periodísticas que se han publicado de la ex-mujer de Juan Guerra sobre su situación personal y el escándalo acaecido al descubrise los negocios de éste.El segundo detonante del escándalo en torno a Juan Guerra, provocado por unas declaraciones públicas del alcalde de Barbate, Serafín Núñez, ha convertido a Sevilla en las últimas semanas en una lugar de mercaderías. En el Registro Mercantil sevillano, mercaderes organizados han llegado a ofrecer todo tipo de datos sobre las empresas de Juan Guerra, a cambio de dinero. Garantizaban la entrega inmediata, lo que no podía hacer el Registro, que oficialmente obliga al ciudadano a una demora de cuatro díaspara obtener cualquier documento solicitado.

La organización llegó a tal extremo que personas que aseguraban pertenecer a una entidad denominada Central Informativa, con oficinas abiertas en la calle Sierpes, se ofrecían a facilitar, por el módico precio de mil pesetas, cualquier inscripción registral solicitada y, por una cantidad a convenir, otro tipo de "documentos interesantes". En esta última oficina trabaja un hermano del ex guardia civil José María Romero.

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