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Huelga en todos los medios informativos de Italia contra la acumulación de poder de Silvio Berlusconi

Juan Arias

Italia vivió ayer un parón informativo absoluto a raíz de la huelga general llevada a cabo por los trabajadores de diarios, revistas, agencias, radio y televisión. La única posibilidad de estar informado era escuchar los noticiarios de Radio Vaticana o conectar con alguna cadena de radio o televisión extranjeras. Hoy participarán todos los vendedores de Prensa. La huelga había sido convocada por la Asociación Nacional de la Prensa (FNGI) el sindicato que agrupa a todos los periodistas del país, contra la acumulación en manos de Berlusconi de la mayoría de los medios de comunicación del país.

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El motivo de la huelga que han seguido todos los medios de comunicación italianos, incluido el diario Il Manifesto, que, siendo una cooperativa, no participa nunca en las huelgas reivindicativas, la ha dado la misma FNGI con un comunicado oficial. En él se afirma que, tras 13 años esperando una ley que regulara las concentraciones de prensa, y tras lo que ha ocurrido en Mondadori "con la aparición de un entrelazado imprevisible de grandes intereses económicos, editoriales y publicitarios, ha acrecentado la necesidad de nuevas reglas adecuadas al impetuoso desarrollo del sector informativo".El extremo que ha provocado esta convocatoria ha sido la toma del control por parte de Berlusconi del grupo Mondadori. De esta manera, Berlusconi ha congregado en sus manos el 39,56% de los diarios italianos, el 53,17% de las revistas, el 55% de la publicidad que se factura en el país y el 98% de la televisión privada, amén de otros intereses en medios de comunicación en la Europa comunitaria y del Este.

Giuliana del Bufalo, socialista, secretario del FNGI, afirmaba ayer en una entrevista al diario Il Messaggero que lo que ha llevado a la Asociación Nacional de la Prensa a convocar una huelga nacional ha sido "la conciencia de que el sector de la información no puede ni debe ser abandonado únicamente a las leyes de mercado o a las decisiones empresariales, que deben ser armonizadas con el interés colectivo".

Y ha añadido: "Esta huelga no es sólo para presionar al Parlamento y al Gobierno. Nosotros queremos también prestar atención a los problemas de la autonomía profesional y de las redacciones. El cambio que se ha producido en estos años en la empresa periodística nos pone frente a la exigencia de contar con reglas contractuales sobre la autonomía del periodista y de las redacciones. La hemos llamado la carta de los derechos, pero deberá ser también de los deberes que los periodistas tenemos que asumir frente a los lectores. Y ésta será la batalla de los meses próximos".

¿Berlusconi o Agnelli?

Por su parte, el diario comunista L'Unità dedicó ayer su editorial a la huelga de periodistas, y en él se afirmaba que es "exquisitamente política, llamada a atraer la atención de la comunidad nacional acerca de la necesidad de tutelar ese bien común representado por el derecho de todos a comunicar".

Walter Veltrone, responsable de los problemas de la información del partido comunista, afirmó ayer que cuando un italiano va a un quiosco a comprar un diario y sólo puede escoger entre Berlusconi y Agnelli, eso significa "que se ha abierto una brecha muy seria en la democracia del país, y nadie se puede maravillar de que en este contexto el juego lo conduzcan personajes que un día estuvieron dentro de la P-2".

El líder comunista se refiere a Silvio Berlusconi, nuevo presidente de Mondadori, que había pertenecido, según su propia confesión, a la logia secreta de Licio Gelli, más tarde disuelta por el Gobierno.

En realidad, el problema de la información en este país se ha agravado porque, al parecer, es el único de toda la Comunidad que no tiene reglas que regulen la concentración de periódicos o la publicidad, ni la de la televisión privada, hoy toda ella en manos de Berlusconi, y que carece de una ley sobre la Radio Audizioni Italia (RAI), el gran gigante de la televisión pública, que cuenta con tres canales de televisión y tres de radio, una plantilla de 12.000 trabajadores y cerca de 30.000 colaboradores.

La ausencia de dichas leyes se debe a las luchas intestinas entre los partidos coligados en el Gobierno, ya que cada uno ha querido imponer una ley para favorecer a los suyos o para dejar que algunos de sus amigos se adueñaran del mercado, como ha sido el caso del partido socialista con Silvio Berlusconi, amigo personal del secretario y ex presidente del Gobierno, Bettino Craxi.

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