Revuelta multitudinaria contra las nuevas autoridades de Rumanía
Rumanía entró ayer de nuevo en una situación prerrevolucionaria con la concentración de centenares de miles de personas en protesta contra la política del Frente de Salvación Nacional (FSN) y su intención de presentarse a las elecciones de mayo. La situación era anoche de extrema gravedad e imprevisible el desarrollo de los acontecimientos, con unas fuerzas armadas muy nerviosas defendiendo la sede del FSN y la población de Bucarest en las calles.
Grupos de partidarios del Frente de Salvación Nacional, en gran parte con síntomas de embriaguez, seguían llegando anoche en autobuses y camiones fletados por las estructuras residuales del partido comunista. La relación entre partidarios y contrarios al Frente iba así modificándose a favor de las autoridades. A las ocho de la tarde, el presidente del FSN, Ion lliescu, y el primer ministro, Petre Roman, se asomaron al balcón de la sede del Frente haciendo el signo de la victoria. La oposición solicitó la inmediata dimisión del Frente de Salvación Nacional y la constitución de un Gobierno provisional hasta las elecciones. Las autoridades acusaron a la oposición de desestabilizar el país, pero parecían muy confusas y nerviosas ante la imprevista magnitud de las protestas. Bajo la presión de la calle, el FSN convocó una mesa redonda de urgencia con la oposición, que exigió la inmediata disolución de las células del Frente en empresas, ciudades y distritos, y la constitución de un consejo de unidad nacional como Gobierno provisional hasta las elecciones. Asimismo, la oposición pide la creación de un grupo de control de los medios de comunicación hasta la cita de las urnas.Al concluir la manifestación, las masas continuaban en la calle, y el llamamiento del Partido Liberal a sus seguidores para que desalojaran la plaza de la Victoria apenas surtió efecto.
Grupos de partidarios del FSN protagonizaron diversos enfrentamientos con los manifestantes. lliescu acusó por televisión a la oposición de querer desestabilizar Rumanía y calificó la situación de "grave".
Pasa a la página 3
300.000 rumanos piden el fin del Frente Nacional
Viene de la primera página
El llamamiento de la oposición rumana a manifestaciones contra la intención del Frente de Salvación Nacional de presentarse como tal a las elecciones, tras la que se sospecha su intención de perpetuarse en el poder con el aparato de la dictadura comunista, obtuvo una respuesta masiva.
Ingentes masas de manifestantes, con miles de pancartas con lemas como "FSN igual a PCR" y otros equiparando al régimen con el partido comunista de Ceaucescu y solicitando su disolución estuvieron llegando durante toda la tarde a la plaza de la Victoria, hasta convertirse en la mayor manifestación habida en Rumania desde que se produjera la caída de Ceaucescu el día 22 de diciembre.
El Frente reaccionó con la llamada por televisión a sus seguidores a acudir al lugar de la manifestación en la plaza de la Victoria, y a primeras horas de la noche se habían producido los primeros enfrentamientos entre obreros convocados por el FSN y los manifestantes, que solicitaban democracia sin restricciones, la disolución del Frente y el fin de la manipulación informativa en favor del poder.
A última hora de la tarde, el Ejército y fuerzas de elite antiterroristas mantenían acordonada la sede del FSN, antiguo Ministerio de Asuntos Exteriores, ante el cual han vuelto a situarse unas decenas de carros de combate y tanquetas con ametralladoras. La situación era de enorme tensión y miles de personas, partidarios y contrarios al FSN, seguían llegando, acudiendo a los llamamientos de las partes enfrentadas. También en otras ciudades se produjeron manifestaciones contra el FSN, la mayor después de la de Bucarest en la ciudad de Timisoara, en el Banato.
Asedio a la televisión
La sede de la televisión en Bucarest, central de la revolución contra Nicolae Ceaucescu hace un mes, se hallaba asediada por estudiantes y obreros. Siguiendo el precedente de la revolución, intentaban entrar para leer ante las cámaras sus reivindicaciones y demandaban a coro la retransmisión en directo de la manifestación de Bucarest.
Unas 300.000 personas se hallaban a las ocho de la noche en Ia plaza de la Victoria, en su inmensa mayoría rumanos que se oponen a que el Frente de Salvación Nacional se presente desde el poder a las elecciones, previstas para el 20 mayo.
Tras intentar evitar aún el sábado que los partidos de la oposición y los estudiantes celebraran la manifestación, el FSN convocó una concentración en apoyo de su política, a la que en principio sólo acudieron unas 20.000 personas.
A las dos de la tarde, la manifestación contra el FSN había adquirido tales dimensiones que el presidente del consejo del mismo, Ion Iliescu, compareció ante las cámaras de televisión para calificar la situación de grave, acusar al Partido Nacional Campesino (PNC) de negarse al diálogo y de querer desestabilizar al FSN y al país.
Las manifestaciones convocadas por estudiantes y los partidos Liberal, Nacional Campesino y Socialdemócrata portaban centenares de pancartas calificando al presidente Iliescu; al otro hombre fuerte, Silviu Brucan, y al FSN en general de comunistas y demandando democracia al estilo occidental, sin restricciones ni censura. "Quien ha vivido cinco años en Moscú no puede pensar como George Bush", "Olé, olé, olé, el Frente ya no es" y "No tengáis miedo, hoy cae el Frente". Estas dos últimas frases, con Ceaucescu en lugar del Frente, fueron coreadas por las masas en diciembre.
Elecciones
La manifestación de ayer fue convocada ante el anuncio del FSN de que se presentará a las elecciones y la convicción de todos los grupos de la oposición de que, haciéndolo desde el poder y dominando todas las estructuras heredadas del régimen de Ceaucescu, las posibilidades para unos comicios libres son nulas.
Todos los partidos y los grupos de estudiantes acusaron de "traicionar a la revolución" a Iliescu y a Brucan, que se perfila cada vez más como el cerebro de esta operación de pacto entre el aparato de Ceaucescu y los dirigentes del FSN con pasado comunista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.