Las universidades italianas se encuentran en pie de guerra por un plan de reforma
Los estudiantes de las universidades más importantes de Italia están de nuevo en pie de guerra, como en 1968 y en 1977. Varias facultades de Palermo, Roma, Génova, Turín, Milán, Florencia, Camerino, Perugia, Venecia, Cosenza, Cagliari, Lecce y Bari están ocupadas, y en el resto de las universidades del país los estudiantes se han unido en la lucha contra una ley que, en su opinión, entrega la Universidad a la empresa privada.
La chispa ha saltado en Palermo, donde los estudiantes ocupan desde hace 46 días la mayor parte de las facultades, como protesta contra la ley sobre la reforma de la Universidad que el ministro socialista Antonio Roberti ha presentado al Parlamento.Los estudiantes de Palermo, a quienes se unieron primero otras ciudades sicilianas y ahora todo el país, empezaron el 5 de diciembre pasado a ocupar la universidad con un cartel que decía: "No a la privatización de los estudios", contestando así a una ley de reforma que, según ellos, entrega la Universidad a manos de la empresa privada, que podrá patrocinar en adelante los centros de investigación que más le interesen.
Única solución
El ministro responde que la protesta en curso está "manipulada" por la izquierda, que es antimoderna y antisocialista, ya que dicho plan de reforma, en el que han trabajado durante tres años muchos especialistas, es la única solución para que la Universidad pueda funcionar, ser productiva y preparar a los jóvenes para un trabajo programado con anticipación.Pero los universitarios tienen miedo de que Berlusconi y colegas, tras haberse adueñado de la información en este país, puedan ahora berlusconizar también la Universidad decidiendo él y los demás industriales cuál deberá ser la investigación y cuáles los estudios que se podrán programar en las diversas facultades, e incluso creando otras nuevas según sus intereses concretos del momento, por supuesto en favor de los centros industriales del norte y en detrimento del sur.
La ocupación de las facultades se está realizando en todo el país con unas caractérísticas muy concretas y nuevas. En primer lugar, es antiviolenta. Y cuando, sin quererlo los estudiantes, destruyen algo, se comprometen a pagarlo de su bolsillo. En las salas ocupadas, pasan las noches en sacos de dormir, por la mañana todo aparece limpio como un espejo.
En las asambleas deciden ellos, por voto, quién puede entrar y quién no de los medios de información y se advierte con gran madurez y preparación en el arte de usar los instrumentos de comunicación de masas. Por ejemplo, en televisión aceptan participar sólo en los programas en directo para evitar, dicen, que se les manipule.
La protesta en la raíz es contra la nueva ley de tendencias privatizadoras, pero también sobre todo lo que no funciona en las universidades de este país, que, como dicen los observadores, "es casi todo", ya que la enseñanza está considerada como una de las más desorganizadas e improductivas de Europa, con profesores que no aparecen, gabinetes de investigación inexistentes, total falta de servicios a todos los niveles, bajísimo nivel en los programas, falta de representación estudiantil en la gestión y extrema politización de todo.
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