Irán teme que sus minorías sigan el ejemplo de Azerbaiyán
La moderada respuesta del Gobierno de Teherán a los sucesos de Azerbaiyán responde, fundamentalmente, a la existencia en Irán de acusadas minorías étnicas que podrían encontrar en la república soviética el ejemplo a seguir, estiman observadores políticos occidentales.[El viceministro de Asuntos Exteriores soviético Alexander Besmertnij se reunió ayer con el embajador de Irán en Moscú, Naser Heirani Nobari, para tratar sobre los problemas registrados en la frontera soviético-iraní, informa la agencia Tass.]
El estallido de los movimientos étnicos existentes en Irán fue siempre considerado por el Gobiemo como un amenaza real a partir de la revolución de 1979, y se hizo necesaria la fuerza para neutralizar los intentos secesionistas kurdos. En 1980, Tabriz se alzó en armas en una fugaz rebelión de apoyo a su propio líder espiritual.
Mientras tanto, los musulmanes iraníes radicales se han movilizado en apoyo de los hennanos azeríes y han dirigido un escrito de protesta a Mijail Gorbachov en el que le recordaban la existencia de 70 millones de creyentes islámicos en la Unión Soviética. Los 160 diputados firmantes del comunicado piden a Gorbachov que no atienda los criterios de Estados Unidos, "ya que trata de presentar este noble e islámico movimiento como una acción nacionalista".
El jeque Sadeq Jalkali, abandera este apoyo a los azeríes soviéticos en la misiva al secretario general del PCUS (Partido Comunista de la URSS), pero no se pide en ningún momento que se satisfagan las peticiones de inde pendencia. En Irán hablar de secesión, aunque sea entre radica les, es algo tabú.
Un Estado laico
Las constantes alusiones de los mulsulmanes iraníes al carácter islámico de la explosión azerí no parecer ser compartidas, sin embargo, por Tofik Guseinov, portavoz en Moscú del Frente Popular de Azerbaiyán. "No luchamos por la revolución islámica. Queremos un Estado laico y democrático".
La postura oficial del Gobierno de Teherán ha sido la de criticar el envío de soldados a la República de Azerbaiyán para sofocar los enfrentamientos y restablecer el orden, aunque esta protesta no ha sido considerada, en el lenguaje diplomático, una contundente denuncia.
Irán insiste en subrayar un componente religioso en el levantamiento azerí, aunque no vulnera la regla de oro de su diplomacia: no alejarse nunca de una de las superpotencias sin tener el tácito apoyo de la otra
Mientras tanto, grupos de azeríes soviéticos construyen un puente sobre el río Araks para empalmar con la orilla de Irán según la agencia oficial Irna.
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