Interior insiste en que abandonen las armas
Familiares de los presos de los GRAPO indicaron ayer que no había existido una oferta al Gobierno de abandonar las armas a cambio de legalizar el PCEr. "De ser una oferta, se habría hecho por otros cauces". El secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, negó que hubiera ninguna oferta en este sentido por parte de esta organización terrorista y reiteró la clásica oferta del Ministerio del Interior ante estos supuestos anuncios de diálogo: "Lo que tienen que hacer es abandonar las armas".Jesús Cela Seoane, miembro de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) que permanecía en huelga de hambre desde hace 53 días y fue puesto en libertad ayer en Santiago de Compostela manifestó que la legalización del Partido Comunista de España Reconstituido, (PCEr), brazo político de los GRAPO, no bastaría para que este grupo abandonase la lucha armada, sino que la organización exigiría también la amnistía de todos sus presos. Cela Seone, que fue detenido en Vigo en 1985, fue puesto ayer en libertad tras cumplir una condena de cuatro años y medio de cárcel por pertenencia a banda armada y tenencia ilícita de armas.
Familiares de los reclusos habían asegurado durante los últimos días que los GRAPO estarían dispuestos a cesar las actividades terroristas sí el Gobierno accedía a legalizar el PCEr. Sin embargo, Jesús Cela, que puso fin a la huelga de hambre tras ser puesto en libertad, declaró ayer en Santiago que el brazo político de la organización no tiene cabida en el marco constitucional, y para que los GRAPO abandonen las armas sería preciso que "cambie el panorama político, el Gobierno deje de reprimir a los explotados, ensanche las libertades y suelte a todos los presos políticos". Según Cela, el Ejecutivo tan sólo muestra disposición a negociar en vísperas electorales.
Hijo de guardia civil
Jesús Cela Seoane, de 25 años, vecino de La Coruña e hijo de un guardia civil, anunció que ponía fin a la huelga de hambre "porque ahora en la calle hay otros métodos de lucha para solidarizarse con los compañeros". Durante los 53 días que permaneció sin ingerir alimentos perdió 20 kilos, y tuvo que abandonar el hospital en silla de ruedas. Sin embargo,en la mañana de ayer tomó un zumo de naranja y contestó a todas las preguntas que le formularon los periodistas.
Su madre se encuentra en Zaragoza junto al hermano mayor, Francisco, de 31 años, también preso de los GRAPO en huelga de hambre y su hermano Carlos es simpatizante del PCEr. Su padre, muerto hace un año, abandonó la Guardia Civil porque, según su hijo, "era muy buena persona y sus compañeros le señalaban con el dedo".
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