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Signos de flexibilidad entre las familias de los reclusos

Familiares de los presos de los GRAPO en huelga de hambre manifestaron ayer algún mínimo atisbo de flexibilizar su pretensión de que se reúna a todos los reclusos de esta organización en un solo centro. Estas fuentes hacían ver que para abandonar la huelga no tendrían por qué ser necesariamente concentrados en una única prisión, sino que estarían dispuestos a una solución intermedia consistente en un reagrupamiento en un pequeño número de cárceles."Lo que no queremos es que sólo haya uno por prisión, porque uno, solo en una prisión, no es nadie. Eso es la muerte. 23 horas encerrado y luego una hora de patio sin hablar con nadie. Necesitas alguien con quien hablar". A continuación esta fuente hacía la siguiente matización: "Pero podríamos aceptar, para poner término a la huelga, que estuvieran de 15 en 15". Ante la objeción de que a todos los presos con delitos terroristas se les está aplicando el mismo régimen penitenciario, con arreglo a su clasificación, que a cualquier otro recluso, estas fuentes replicaban lo siguiente: "Si dicen que son presos como los otros, ¿por qué en trece años no han tenido una mejora de grado, ni permisos de salida, ni comunicaciones vis a vis?".

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Por su parte,el Ministerio de Justicia ha anunciado su voluntad de aplicar igual rasero para todos los reclusos, aunque con escasos matices. De hecho, consideran que la dispersión de los presos de los GRAPO es clave en la lucha antiterrorista.

Por otro lado, familiares de los presos de los GRAPO se presentaron ayer por cuarta vez en la sede del Defensor del Pueblo, cuyo titular es Álvaro Gil-Robles, donde intentaron sin éxito conseguir su mediación en este conflicto. Desde esta institución se les hizo ver que no era posible esta mediación, ya que la dispersión de los presos no consituye una ilegalidad y se les recomendó que abandonarán la huelga de hambre en aras de preservar el bien supremo que es la vida y de la convivencia ciudadana.

Mientras, el presidente de la Conferencia Episcopal, Ángel Suquía, informó ayer que había enviado al Ministerio de Justicia los escritos que remitieron familiares de los presos de los GRAPO y el sacerdote Enrique Castro, de la Coordinadora de Barrios de Madrid. En ambos escritos se pedía la intercesión de los obispos en este pulso entre Justicia y los presos de los GRAPO.

El portavoz de la Conferencia Episcopal, Joaquín Ortega, precisó que el obispo secretario, Agustín García Gasco, que recibió el lunes a los peticionarios, "no se comprometió a una mediación con el Gobierno, sino a presentar los escritos al cardenal Ángel Suquía", que se encontraba ayer, agregó, "fuera de Madrid, en ejercicios espirituales".

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Los familiares de los presos de los GRAPO se quejan de la falta de respuesta del Gobierno a la petición de mediación de la Asociación Pro Derechos Humanos.

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