Detenidos en Cuba cuatro responsables de las juventudes comunistas por criticar el culto a la personalidad
Al menos cuatro responsables de la Unión de Juventudes Comunistas (UJC) cubanas han sido detenidos la semana pasada en una acción que pone de relieve que el descontento popular por la impermeabilidad del régimen ante la perestroika está alcanzando en Cuba hasta las mismas filas del partido comunista, según un telegrama cifrado enviado por una embajada comunitaria en La Habana y repartido a los ministerios de Asuntos Exteriores de los doce.
Los apresados, estudiantes de Matemáticas de la universidad de La Habana, habían criticado en octavillas el culto a la personalidad de Fidel Castro y señalado que el nivel de democracia en el país no se corresponde con la madurez alcanzada por la sociedad.Las detenciones son las primeras que se llevan a cabo entre militantes comunistas desde que el pasado verano el general Arnaldo Ochoa y tres altos dignatarios del régimen castrista fueron sentenciados a muerte por narcotráfico y alta traición mientras otros 10 responsables fueron condenados a largas penas de cárcel.
Hasta ahora la oposición al castrismo se había manifestado a través de organizaciones de defensa de los derechos humanos o ecologistas e, incluso, de grupos afines al régimen, como los cantautores de la Nueva Trova Cubana, que en algunos recitales pidieron en 1989 más libertad, pero nunca en el seno del partido comunista.
La recepción de este telegrama en el palacio de Santa Cruz, la sede del Ministerio español de Exteriores, no causó ninguna sorpresa. Gran parte de las conversaciones bilaterales hispanomexicanas celebradas la semana pasada con motivo del viaje de los Reyes al país azteca versaron sobre la crítica situación que atraviesa Cuba, según diplomáticos comunitarios que asistieron en Madrid a una sesión informativa sobre la visita real.
Tras dar cuenta de los crecientes problemas de abastecimiento, achacables a la disminución de la ayuda soviética, y de la incipiente oposición que surgía en el seno del mismo régimen castrista, el canciller mexicano, Fernando Solana, vaticinó incluso ante su homólogo español, Francisco Fernández Ordóñez, que Castro no acabaría el año estando en el poder.
¿Transición rumana?
Solana expresó también el temor de que la transición al poscastrismo fuese violenta, y se preguntó en voz alta qué podían hacer México y España, los dos únicos países que, al margen de los irreductibles del bloque socialista (China, Corea del Norte etcétera), mantienen un diálogo fluido con La Habana, para que fuese más pacífica."Sospecho que lo único eficaz que de verdad podremos hacer",comentó un diplomático que asistió a las conversaciones bilaterales, "es enviar un equipo de la Cruz Roja a Miami para que vuele a la isla el día que, tras la caída de Castro, se abran las fronteras".
El temor a que se reproduzcan en Cuba los sucesos rumanos fue también recogido a principios de este mes en la crónica del corresponsal de Radio Praga en La Habana, Michal Cermak, que motivó su expulsión de la isla, la primera de un periodista de un país del Este. Tras describir el deterioro de las condiciones de vida, Cermak aseguró que la situación era "de calma antes de la tempestad" y vaticinó acontecimientos similares a los de Rumanía.
"Sólo podemos esperar para nuestro país en materia económida", reconoció el propio Castro en el discurso que pronunció el 7 de diciembre, "consecuencias negativas de la crisis surgida en el bloque socialista", con el que se efectúa el 80% del comercio exterior cubano.
Cuba, cuya deuda externa es proporcionalmente, cuatro veces superior a la Brasil, ha recibido estos últimos años 15.500 millones de dólares anuales (1,7 billones de pesetas) de ayuda, incluida la militar, de Europa oriental.
"Si el destino nos asigna" afirmó, sin embargo, el líder máximo en su alocución del mes pasado, "figurar entre los últimos defensores del socialismo sabremos defender esta trinchera hasta la última gota de sangre".
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