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Lluís Pasqual abre la temporada de ópera en Madrid con la dirección de 'El turco en Italia'

El director teatral presentará a Jack Lang en febrero su proyecto para el Théâtre de I'Europe

Andrés Fernández Rubio

Lluís Pasqual dice que lo que ha hecho en El turco en Italia, de Rossini, es, sobre todo, divertirse. Aunque la dirección de ópera le parece cansada, por la premura en el trabajo y la cantidad de elementos que hay que conjuntar, después del Como gustéis, de Shakespeare, que ha estrenado en la Comédie Française, le ha venido bien el aire fresco de El turco..., "porque Rossini te da y te obliga a mantener la sonrisa interior". Pasqual, que presentará en 10 días a Jack Lang un informe tras cuya discusión se hará cargo, previsiblemente del Théátre de l'Europe, con sede en el Odéón de París, abre hoy con el título de Rossini la temporada de ópera de Madrid en el teatro de La Zarzuela.

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Más o menos, como siempre

Pasqual daba ayer los últimos toques escénicos con el fin de lograr con las luces el efecto preciso de atardecer napolitano. Ha situado El turco en Italia en una hostería años treinta, una bella casona con arcada y plantas trepadoras en la fachada, cuyo fondo es la bahía y el Vesubio."Sólo me falta aprender chino", comentaba tras haber desarrollado en los últimos días sus habilidades en francés, inglés, italiano, castellano y catalán con un equipo artístico y técnico de variada procedencia. Alberto Zedda y Ezio Frigerio son los responsables, respectivamente, de la dirección musical y de la escenografía. Willard White, Lellu Cuberli, Enzo Dará y Alberto Rinaldi encabezan un reparto que no ha podido incluir, por enfermedad, a la soprano valenciana Enedina Lloris, aunque los responsables del teatro no pierden la esperanza de que en las dos últimas funciones pueda cantar el papel principal.

Pasqual adquirió hace dos años el compromiso de dirigir El turco en Italia, ópera bufa que se presenta por primera vez en el teatro de la Zarzuela. "Rossini mezcla música seria y cómica, y hay un hallazgo fundamental, dramatúrgico, que es el personajes del poeta".

El poeta Prosdocimo desea inspirarse en la realidad para escribir una comedia y se acerca, distante e interesado, al lugar de la acción, en la que acaba interviniendo. "Rossini se escapa del esquema de la ópera bufa", dice Pasqual, "con la introducción de este personaje pirandelliano, contrafigura del propio Rossini que yo he convertido en el hilo conductor de la obra". El poeta es un personaje que saca al libreto de la rutina del siglo XVIII, en una trama "repetida hasta la saciedad en aquella época", dice; "la chica joven que se casa con el viejo y se dedica a tener amantes".

Terminado su trabajo en Madrid, y antes de volver en primavera a Barcelona para montar con el Lliure la obra de Ramón Gomis Cap vespre al jardi, primer estreno de un texto contemporáneo que realiza desde la Fedora de Espriú hace 12 años, Pasqual presentará al ministro de cultura francés, Jack Lang, un informe sobre el Théâtre de l'Europe. El escrito traza el proyecto artístico y administrativo tras cuya discusión Pasqual, que confiesa 38 años, se hará cargo -"si se llega a un acuerdo sobre lo que quiero hacer" dice- de ese teatro creado en 1982 y dirigido durante cinco temporadas por Giorgio Strehler.

Es previsible que si se firma el contrato, por tres años, Pasqual se verá envuelto en una vorágine inicial de despachos y papeleo. En una entrevista concedida por Ingmar Bergman que se publicará próximamente, el cineasta y director teatral sueco declara: "Quiero decirle esto a mi colega Pasqual: déjese de aceptar las tentaciones de la burocracia; abandone la gestión de los teatros y concéntrese en lo único que vale la pena: poner los sueños propios sobre los escenarios".

Pasqual dice que ha reflexionado sobre esto muchas veces. "Evidentemente, si tuviera que elegir me quedo con el trabajo de escenario, pero el de despacho no me parece que sea un castigo; es más, posibilita el que luego sobre un escenario se puedan hacer una serie de cosas. Nunca me ha aburrido el trabajo de gestión; sí ciertos procedimientos burocráticos aplicados al teatro, ya que los tiempos de burocracia y teatro son diferentes".

De la actuación que pretende realizar en el Théâtre de Europe -"nombre engañoso; no es sino un teatro en el que van a hacerse espectáculos en distintas lenguas, básicamente en francés"-, Pasqual destaca la palabra laboratorio. "Me parece que hemos llegado al momento del teatro de buena factura, un teatro prêt a porter pero que cada vez conmueve menos. Yo concibo el Théâtre de l'Europe como un gran laboratorio donde la gente pueda plasmar sueños irrealizables en otros ámbitos, en absoluto contacto con el público".

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